Charlamos con la concejala de Innovación, Susana Carillo

Málaga, a por la Expo 2027

La aspiración de Málaga por convertirse en sede de una exposición internacional va tomando forma. Una propuesta que se lanzaba, de parte de los responsables municipales a finales de 2019 y que completaron, dando forma a la candidatura ya en 2020. El propósito de la ciudad es firme: ser la referencia internacional en el año '27, con un proyecto que gira en torno a los Objetivos de Desarrollo Sostenible. No será hasta noviembre de 2022, cuando el jurado decida qué país se alza como ganador de esta carrera de fondo, para ser sede de esa Expo 2027. Una propuesta en la que se ha trabajado durante meses de parte del Ayuntamiento de Málaga, bajo la convicción de que es esta y no otra la ideal para albergar una cita de tal calado, única y, a buen seguro, irrepetible habida cuenta de la relevancia de lo proyectado... y del singular momento que vive la ciudad en cuanto a proyección, a crecimiento económico y a su repercusión. La Expo del 27 sería la guinda del pastel para Málaga.

Daniel Villalba

Málaga | 29.11.2021 13:03

Las Exposiciones Universales se celebran desde la segunda mitad del siglo XIX y están asignadas por la Oficina Internacional de Exposiciones. En ellas se intenta llevar a cualquier parte del mundo una conjunción de cultura, arte y tecnología. En el último siglo, varias han sido las citas de este tipo en España... aunque contadas con los dedos de una mano: Todavía en el XIX, la Exposición universal de Barcelona; y ya en 1929, la Iberoamericana de Sevilla, que se compaginó con otra internacional, también en la ciudad condal. La fórmula se repitió como exposición universal en Sevilla, ya en el año '92 (la mítica Expo) y se completó hace poco más de 12 años, en Zaragoza, con una cita internacional en torno al agua y al desarrollo sostenible.

Para la concejala Carillo, Málaga aún llega a tiempo: “No llegamos tarde, pero de haber llegado antes el apoyo oficial del Gobierno, habríamos podido trasladar antes las bondades del proyecto”.

Las exposiciones universales pueden crear repercusiones positivas y perdurables en sus ciudades anfitriona. Algo demoostrable en los lugares que las hanacogido y que se certificó también hace unos meses, de parte de 25 líderes de pensamiento mundiales actuales y futuros durante la segunda sesión internacional de World Majlis de la Expo 2020 Dubai, realizada en Shanghái, China. La sesión, titulada “El futuro de las ciudades: las exposiciones universales como experimentos del megacambio”, dio varios ejemplos de cómo un evento de 167 años de antigüedad mejoró la infraestructura de la ciudad anfitriona, además del espíritu y la mentalidad de su gente. Por ejemplo, la Expo 2010 Shanghai adelantó la extensión del metro de la ciudad 25 años, mientras que las estructuras creadas para la Gran Exposición en Londres en 1851 siguen siendo importantes atracciones turísticas, como el Victoria and Albert Museum.

La repercusión de una exposición de este tipo se puede visualizar en un territorio cercano al nuestro: la mencionada Expo 92 de Sevilla dejó una huella todavía palpable en la capital hispalense. El perfil de Sevilla cambió, pasó de ser una ciudad de turismo vinculado a la Feria de Abril y Semana Santa, a dar a conocer su cultura e historia. Durante 1992 todos los puntos de la geografía española acogieron a millones de visitantes, atraídos por nuestra gastronomía, gente, clima e historia.

Además, para facilitar la llegada de visitantes a Sevilla, se inauguró la primera línea de alta velocidad española (AVE). Otro de los factores de éxito de este acontecimiento fue la elección de la mascota, Curro. Cuerpo de dinosaurio, patas de elefante y su cresta y pico a cinco colores representando los cinco continentes, se hizo un hueco casi de inmediato en el corazón de todos los que visitaban la Expo convirtiéndose en el mejor embajador. Tras las Exposición Universal de Sevilla '92, el 80% de los pabellones se desmantelaron, conservando solo 32 de ellos. En ellos (o en la superficie que ocupaban) se encuentran 423 empresas en las que trabajan más de 17.000 personas. Se pensó en aprovechar el tirón de la Expo para que la Cartuja fuera un espacio futurista y de innovación, pero la grave crisis que afectó a España en años posteriores evitó que esto ocurriera de inmediato. El algo que se está materializando en la actualidad, a raiz de una serie de espacios que perduraron y a los que el propio Ayuntamiento sevillano y otras instituciones y entidades privadas siguieron dando uso.

El plazo para inscribirse en este magno concurso global expira en enero y será en noviembre de 2022 cuando el jurado decidirá qué país gana la sede para la Expo 2027. La apuesta de España es Málaga, pero lo es desde hace solo unos meses. Si bien el Ayuntamiento trabaja en ello desde 2019, no ha sido hasta hace unas semanas cuando el Gobierno de España ha plasmado oficialmente en una misiva al alcalde su intención de apoyar la candidatura malagueña, motivo que se daba a conocer la semana pasada. No han sido pocas las veces en que De la Torre ha pedido al Ejecutivo central su apuesta por el proyecto, pero tras varios mutis por el foro, fue la semana pasada cuando se hacía pública la respuesta a una de las cartas remitidas por el regidor al Gobierno de Pedro Sánchez.

El respaldo del Ejecutivo ha sido confirmado en una carta en la que se informaba a De la Torre que “próximamente” será convocado para una reunión en la que se “coordinarán las acciones necesarias” dirigidas a impulsar la candidatura de la capital de la Costa del Sol. El escrito que firmaba el presidente, reza que sería “un orgullo para todos” que la capital de la Costa del Sol fuera elegida. Al mismo tiempo, Sánchez ensalzaba la “oportunidad de presentar a Málaga como lo que es: una ciudad pujante y visionaria, capaz de adelantarse a los cambios que van a determinar nuestro futuro”. Es por ello que ahora el PSOE presume de apoyo a la Expo de Málaga. Un razonamiento que aplaude el alcalde, a la vez que afea el tiempo perdido por el Gobierno por dar apoyo a una propuesta para la que Málaga pidió respaldo hace ya meses.

Málaga quiere alojar una exposición internacional que tocará pelear con la candidatura de la estadunidense de Bloomington, que ya presentó su candidatura amparada por el presidente Joe Biden y que parece haber ganado tiempo respecto a la propuesta malagueña. En el caso de la americana, la propuesta se presenta bajo el título representativo de Gente saludable, planeta saludable, bienestar para todos, que a principios de agosto quedó asentada en la Oficina Internacional de Exposiciones con sede en París. La idea de Málaga versa en torno a la relevancia de los Objetivos de Desarrollo Sustentable, enmarcados dentro del proyecto La era urbana: hacia la ciudad sostenible.

Las vías de comunicación y la modernización de sus medios de transporte, así como de la infraestructura necesaria, colocan a la nuestra, la sexta ciudad más poblada de España, dentro de las preferencias de nacionales y extranjeros... y punto idóneo para albergar en 2027 una cita internacional como esta, que tomaría espacio en los suelos de Buenavista, al sur del Centro de Transporte de Mercancías. Además del respaldo del Gobierno central, el Consistorio necesita alcanzar un acuerdo con la Entidad Estatal de Suelo SEPES para hacerse con el medio millón de metros cuadrados que posee en estos suelos. Para ello, le ha ofrecido permutárselos por parcelas para edificar VPO en los terrenos situados al oeste de la ampliación del campus de Teatinos. No obstante, aún no se ha producido el acuerdo entre ambas administraciones respecto a este canje.

Según un informe presentado por Analistas Económicos de Andalucía -sociedad de estudios del Grupo Unicaja Banco- la celebración del evento tendría un impacto económico de casi 3.000 millones de euros. Además, el estudio prevé que pueda generar un total de 31.343 empleos, entre directos e indirectos. De esa repercusión, de lo que ya hay y, sobre todo, de lo que pueda generarse a raíz de la cita a la que aspira Málaga, hablamos hoy con la concejala delegada de Innovación y Digitalización Urbana, Susana Carillo.