Las playas malagueñas se convierten en el mejor escenario para su elaboración, en sus barcas con sus brasas, pinchadas las sardinas en la caña, agrupadas para recibir el fuego de forma homogénea, y para desgutar en las mesas de los chiringuitos malagueños uno de los manjares de nuestra gastronomía.
La tradición nos dice que el mejor periodo para desgustarlas es el que comprenden los meses sin r, de mayo a agosto incluidos, aunque en la Costa del Sol pueden disfrutarlas durante prácticamente todo el año. Al espeto también podemos tomar muchos otros pescados malagueños, como el calamar, la dorada o los jureles.
A través de la marca promocional Sabor a Málaga, dependiente de la Diputación Provincial, se ha creado la Mesa del Espeto, para solicitar su declaración como Patrimonio Cultural e Inmaterial de la Humanidad por parte de la UNESCO. La gastronomía y el espeto de sardinas, motivos para creer Fundación Unicaja.