La extraordinaria capacidad literaria del entrañable Curro Garfias le permitió desarrollar una dilatada trayectoria como poeta que le valió el reconocimiento unánime de la crítica y le otorga un lugar de privilegio entre los grandes poetas españoles, contando en su haber con decenas de galardones y reconocimientos, entre los que destaca sin duda el Premio Nacional de Literatura, siendo el único autor onubense que hasta el momento ha logrado ese reconocimiento.
Cuando Francisco García remite al genio Juan Ramón Jiménez su primer libro Caminos Interiores, publicado en 1942, el autor de Platero responde al joven poeta con una emotiva carta en la que destaca la calidad de interior que tienen los versos de su libro, un elogio, que dado lo reacio que era Juan Ramón a cualquier tipo de halago, supuso sin duda una gran alegría para Curro y también un estímulo para continuar la senda literaria que acababa de iniciar.
Casi una treintena de libros editados componen la obra poética de Garfias, aunque el moguereño sería también autor de otros muchos trabajos: ensayos, antologías o biografías sobre personajes como el gran pintor de Nerva, Vázquez Díaz, del que fue amigo personal.
En total, sin contar sus ediciones sobre Juan Ramón, García tiene en su haber más de 60 libros en todos los cuales encontramos al margen de su temática, el rigor, la brillantez y la honda emoción de la palabra de uno de los grandes de nuestras letras.
Buena prueba de la devoción por su pueblo fue el legado que tras su fallecimiento realizó a Moguer, un legado compuesto por su magnífica biblioteca personal con más de 3000 volúmenes y muchos ejemplares con firmas y dedicatorias de los grandes poetas que lo conocieron: interesantes documentos y fotografías, y una magnífica selección de piezas artísticas, cuadros, muebles y otros muchos enseres y objetos personales que conservaba en su casa de la calle de Caño verdadero museo para los amantes del arte y que ahora pueden alinearse en la sala Garfias que ocupa una de las salas del piso superior de la casa natal de Juan Ramón.
Toda esa trayectoria vital y profesional y sobre todo su profundo compromiso con su pueblo natal le fueron reconocidos por el Ayuntamiento que lo nombró primero hijo predilecto de Moguer, dedicándole también una calle en el casco histórico, dándole su nombre a un instituto de enseñanza secundaria y más tarde concediéndole el más alto galardón local: la Medalla de Oro de la ciudad.
Por eso ahora, entre el centenario de su muerte y el 50 aniversario de la concesión del Premio Nacional de Literatura, Moguer tiene la obligación de revindicar la figura de este excepcional poeta, moguereño ejemplar, que tanto quiso y tanto entrego su pueblo, organizando un programa de actividades que nos permita recuperar la figura de Curro y proyectarla a todos los rincones como uno de los grandes hombres de la historia de Moguer.
En torno al Día del Libro se van a desarrollar varias iniciativas en homenaje al poeta y en los próximos meses se organizarán otros actos culturales y literarios en honor a Garfias como: la publicación de su biografía, la organización de un certamen de arte que llevará su nombre, lecturas poéticas, la edición de una antología poética sobre toda su obra o la creación de un apartado especial en la revista cultural MonteMayor.