El acoso en las aulas es una problemática a la que, históricamente, se la ha dado la espalda. Igual ocurre con casos anónimos de suicidio. Pero algo está cambiando en la sociedad. Todo empieza por reconocer la realidad y, desde ahí, queda un largo camino por delante lleno de propuestas para tratar de poner remedio a este mal. Según un reciente estudio de la Universidad Complutense de Madrid, el 19 por ciento del alumnado reconoce haber sufrido situaciones de maltrato entre estudiantes que podrían derivar en acoso escolar, tales como llamar por motes o burlarse. En el caso del ciberbullying, las víctimas de estas situaciones ascienden al 10 por ciento.
"Jorgito y su dragón" habla sobre el miedo y se centra en el bullying o acoso escolar. Es una invitación, intenta ser una luz que alumbra hacia "cómo romper los silencios que el miedo impone durante el tiempo infinito del acoso", afirma la autora, Rocío Toscano.
Visibiliza un triple enfoque: el miedo paralizante de la víctima, el miedo oculto y dañino en el bagaje del acosador y el miedo "salvífico" del grupo como colaborador necesario del acosador.
Propone una seria reflexión en familia para lograr atajar esta situación desde casa, desde el hogar, que es sin duda el primer peldaño de la sociedad. Uno de los objetivos es que las víctimas se sientan con más herramientas para combatirlo: "El acoso es cosa de casa. Yo no me callo. ¡Yo hablo!", es el lema que promueven.