"Renovarse o morir", es la frase de Miguel de Unamuno que han asumido para sí las Carmelitas de Granada. Con la venta de dulces no tenían suficientes ingresos, así que las monjas de clausura del monasterio han empezado a vender sushi para garantizar así la supervivencia de la congregación. Incluso reciben pedidos a través de WhatsApp.
En estos días de Semana Santa la gastronomía cobra especial relevancia. Y eso lo saben muy bien en el Monasterio granadino de Las Carmelitas. A sus siete monjas de clausura no les ha quedado más remedio que adaptarse para poder afrontar la subida de costes de la luz, del agua y, en definitiva, de este convento con más de cinco siglos de historia.
De manera que a sus típicos dulces que suelen vender tras el torno, han decidido buscar otra alternativa: el sushi. Escucha aquí esta receta secreta en nuestra entrevista con la priora del convento, sor María Dolores.
La respuesta ha sido sorprendente. Y ahora en estos días muy propios de pescado, el teléfono (620 50 90 80) de esta congregación no para de sonar con los pedidos a domicilio de su nueva carta con estilo asiático.