La parroquia de Santo Ángel Custodio, en el corazón del barrio del Zaidín, es un trajín de bolsas a rebosar de comida enlatada, medicinas y ropa. Desde allí se organizan los vehículos particulares que salen de Granada a Polonia.
TESTIMONIOS DE HISTORIAS ROTAS POR LA GUERRA
Ostap se encarga de organizarlo todo. Él lleva más de diez años viviendo en Granada. Se para unos minutos con nosotros porque su teléfono no para de sonar. Ostap quería salir al frente junto con sus dos primos que ya lo han hecho. Uno desde Huelva y el otro desde Suiza. Tienen 27 años. Pero la madre de Ostap, Svetlana, que también se encarga de organizar la ayuda desde la Parroquia de Santo Ángel Custodio, nos dice que ella prefiere que se quede aquí en Granada. Porque es su hijo y porque necesita que alguien se encargue de liderar la organización con los coches.
Junto a ellos, son muchas las personas que se acercan a dejar bolsas y carros repletos de comida y ropa. Pilar es vecina. Se acerca a la parroquia Ángel Custodio a primera hora de la mañana. Ella es enfermera jubilada. Trae sobre todo medicinas. Dice que sabe perfectamente lo que uno necesita en mitad de una guerra.
MÁS CONCETRACIONES
Asimismo, terminamos esta crónica desde la Universidad de Granada. Donde a las puertas del Hospital Real se ha reunido el personal y estudiantes en apoyo al profesorado ucranio que permanece de estancia en Granada.
Mientras tanto en la calle Palencia, 30, continúa el trajín. Desde el Zaidín hasta el Realejo pasando por el centro se han organizado puntos en la ciudad habilitados para llevar el material a la iglesia. Llevan ya más de una tonelada de ayuda humanitaria recogida. Apenas hay tiempo para conversar entre la llegada de bolsas, cajas y todos los vecinos que se acercan a ayudar. Seguirán así, nos dicen, todo el tiempo que haga falta.