Tras años de quejas vecinales y fachadas degradadas, el Ayuntamiento de Granada ha conseguido permiso para actuar sin burocracia contra las pintadas vandálicas en edificios patrimoniales. Gracias a un acuerdo con la Comisión Provincial de Patrimonio de la Junta de Andalucía, los operarios municipales podrán limpiar muros situados en entornos de Bienes de Interés Cultural (BIC) sin necesidad de pedir autorización para cada intervención.
La medida, anunciada este martes por la alcaldesa Marifrán Carazo, se ha estrenado en la residencia María Inmaculada, en plena Gran Vía, uno de los enclaves más transitados de la ciudad y también más castigados por los grafitis.
“Queremos dar una respuesta rápida al vandalismo y eliminar las trabas que nos impedían actuar”, declaró Carazo, quien también ha prometido un refuerzo de medios y personal especializado.
El plan contempla actuar a continuación en otros edificios como el colegio Padre Suárez o el Palacio de los Olvidados, inmuebles que llevan tiempo sufriendo un deterioro visible ante la pasividad institucional.
Una ciudad histórica marcada por las pintadas
Granada lleva años arrastrando un serio problema de pintadas incontroladas en espacios históricos, muchos de ellos en zonas protegidas por su valor cultural. Hasta ahora, las restricciones legales para intervenir en estos entornos han supuesto un obstáculo para su conservación.
Con el nuevo marco, el Ayuntamiento se apoya en la Ley de Régimen Local y en la Ordenanza de Limpieza Viaria, reformada en 2024, que permite multas de hasta 30.050 euros para quienes atenten contra el patrimonio urbano. Sin embargo, más allá del castigo, la administración local busca atajar el problema desde varios frentes: educación en colegios, más vigilancia y brigadas específicas de limpieza.
El programa educativo ‘El vandalismo no pinta nada en Granada’ ya se está aplicando en centros escolares, mientras que la instalación de 19 cámaras de videovigilancia en zonas sensibles como el Albaicín o el Realejo ha recibido el visto bueno judicial.
Una estrategia con la vista puesta en 2031
Con más de 130 intervenciones solo en 2025, el Consistorio pretende no solo limpiar, sino también mejorar la imagen urbana de cara a su gran objetivo cultural: la candidatura de Granada como Capital Europea de la Cultura en 2031.
El cambio presupuestario de 300.000 euros aprobado recientemente y la puesta en marcha de nuevas brigadas diarias para eliminar pintadas vandálicas forman parte de un plan más amplio que, según Carazo, quiere pasar “de la denuncia a la acción”.
A falta de ver si el impacto es duradero —algunos espacios ya han sido repintados por reincidentes—, lo cierto es que por primera vez en años la ciudad podrá actuar sin pedir permiso para limpiar sus propios muros.