La menor incidencia de la bronquiolitis en este otoño reduce el número de consultas en las Urgencias pediátricas y se prevé que sea la tónica dominante este invierno, gracias, entre otros aspectos, a la administración desde el pasado septiembre de un anticuerpo monoclonal, indicado para todos los recién nacidos y lactantes hasta los 6 meses de edad, según ha señalado el doctor Rafael González de Caldas, pediatra del Hospital Quirónsalud Córdoba.
El doctor González de Caldas ha explicado que la bronquiolitis por virus respiratorio sincitial es una de las principales causas de hospitalización en los menores de 6 meses en otoño e invierno y es una causa muy importante de morbilidad porque puede provocar ingresos prolongados, estancias en UCI y en algunos casos, los pequeños se quedan más tiempo hospitalizados por presentar hiperactividad bronquial.
La administración del anticuerpo monoclonal, una inmunoglobulina específica frente al VRS llamado nirsevimab, ha contribuido en la reducción de casos hasta el momento, lo que ha demostrado su eficacia, protegiendo de la gravedad de la infección, puesto que “no evita al 100% el contagio, pero sí disminuye las tasas de hospitalización y de mortalidad y morbilidad”, ha destacado el doctor. “Es una buena estrategia para disminuir la presencia de la enfermedad y para mejorar la salud del niño en general, disminuyendo las consultas en los servicios de urgencias pediátricos y la hospitalización”, ha añadido.
Así, se espera que esta temporada invernal disminuyan los ingresos de niños y las estancias en UCI a causa del virus respiratorio sincitial. El doctor González de Caldas ha insistido en que los signos de dificultad respiratoria en menores de un año con síntomas de infección deben vigilarse para poder detectar una bronquiolitis cuanto antes. Esta enfermedad se incrementó un 40% el año pasado tras dos años en los que prácticamente no se produjeron casos por las medidas de protección frente al Covid-19, sobre todo por el uso de las mascarillas.
La bronquiolitis aguda puede ser causada por multitud de virus, aunque el más frecuente y el que conlleva una mayor gravedad es el virus respiratorio sincitial (VRS). Este virus tiene facilidad para afectar a las células de la parte más distal del árbol bronquial en los bebés con pocos meses de vida, provocando una importante secreción de moco e inflamación, que es lo que da lugar a la dificultad respiratoria.
Esta enfermedad afecta sobre todo a niños menores de dos años, pero por debajo de los 6 meses puede ser más grave, provocando con frecuencia una afectación de las vías respiratorias inferiores, especialmente los bronquios más finos (bronquiolos), que puede conllevar ingresos por la dificultad respiratoria que causa, por lo que es importante que los padres vigilen a los pequeños con síntomas respiratorios para detectar cuanto antes dicha infección. Hay unos grupos de riesgo en los que puede ser más grave, recién nacidos durante su primer mes o mes y medio de vida, bebés prematuros, pequeños con presencia de alguna enfermedad pulmonar o cardíaca de base, y niños con sistema inmune debilitado.
Algunos signos que pueden ayudar a identificar una bronquiolitis en los niños cuando tienen catarro o resfriado, son una tos persistente o cambios en la tonalidad de la tos; sensación de “burbujeo” al respirar; aumento de los movimientos o hundimiento de la piel entre las costillas, debajo de ellas y a nivel abdominal a la hora de respirar; sensación de “pitos”; y rechazo del alimento, entre otros. En caso de que se presente alguno de estos síntomas, “es recomendable acudir al servicio de Urgencias para poder determinar cuánto antes si nos encontramos ante un caso de bronquiolitis”, ha destacado el doctor González de Caldas.