La multinacional buscaba un espacio muy especifico para el trabajo de innovación y experimentación con los neumáticos.
El centro debía cumplir ciertos requisitos como estar ubicado en Europa, contar con un aeropuerto internacional en sus cercanías o tener baja pluviometría.
Las instalaciones de Almería, ubicadas en el Cabo de Gata, cumplían con once de los doce condiciones requeridas. A pesar del viento, la que no cumplía, el CEMA logró instalarse.
Ahora un monográfico recorre todo lo acontecido en estos cinco décadas.