Junta proyecta la rehabilitación paisajística de los jardines de La Alcazaba de Almería
La Junta de Andalucía va a comenzar a ejecutar la rehabilitación paisajística de los jardines del Conjunto Monumental de La Alcazaba de Almería con una actuación en los jardines centrales de Prieto Moreno, de una superficie de 1.147,65 metros, y en los que se han detectado problemas que los hacen tener una "situación menos favorecida que el resto".
La Comisión Provincial de Patrimonio ha dado informe favorable al proyecto, que será supervisado en todo momento por un arqueólogo, y que pretende actuar sobre las especies vegetales y también el sistema de riego.
En concreto, según se recoge en la resolución, consultada por Europa Press, el sistema de riego "no es el mas adecuado, provocando la sequía de muchas especies vegetales de las que hay" y "falta una cobertura vegetal que, por un lado evite la erosión de los suelos" y, por otro, "mejore el aspecto visual general del jardín".
Señala que "muchas de las especies" existentes "no se corresponden con el entorno histórico" del monumento, "muchos setos se han quedado secos" y añade que faltan "muchas plantas en los jardines, que no presentan una distribución ordena y con sentido geométrico, como deberían ser los jardines árabes".
El informe indica que algunos setos de cipreses y adelfas "interfieren la vista paisajística del visitante" y que a la tierra en la que se sustenta el jardín "le falta materia orgánica y nutrientes necesarios".
Propone, así, diversas intervenciones y detalla que se van a introducir hasta seis especies vegetales nuevas de "origen mediterráneo y capaces de aguantar el clima calido y el ambiente salino y con necesidades hídricas compatibles con la conservación del monumento", si bien se van mantener las existentes, con 39 ejemplares, "por no ser incompatibles".
También se van a cambiar los sistemas de riego, de manera manual y con rebaje del terreno mínimo, por lo que su incidencia "es inexistente".
Los jardines que presenta la Alcazaba en el primer y segundo recinto formaban parte de un programa de intervenciones iniciado desde los años 40 y hasta los años 60 del siglo XX por parte del arquitecto conservador Francisco Prieto Moreno.
De los tres recintos que tiene la Alcazaba, en el primero no había visibles restos de estructuras emergentes que le hiciera pensar que esta zona estuviese habitada.
Lo que sí estaba visible, un aljibe, una fuente y el pozo de una noria hizo deducir que esta zona era un albacar (lugar amurallado para la estabulación de animales) y así decidió ejecutar un proyecto de jardinería con un sistema de fuentes, albercas, canalizaciones y aterrazamientos.
La falta de un sistema de drenaje de los jardines sumado a la pendiente natural del cerro en el que se asienta la Alcazaba en sentido noroeste-sureste, provocaron problemas de humedad en la muralla sur del primer recinto, según recoge el informe.
Por este motivo de conservación, en los años 90 se acometió un gran proyecto de remodelación en los jardines por parte del arquitecto Ramón de Torres.
En el proyecto se contempló alejar de la muralla norte la vegetación y acotar los espacios en los que debía estar presente esa vegetación, a la vez que impermeabilizar y modernizar todo el entramado de canales y albercas.
El diseño elegido es el de la actualidad con aterrazamiento de los jardines ordenados en balates (muro de contención de tierras realizado con piedras sin labrar) y paratas (bancales pequeños horizontalizados) para salvar los desniveles del terreno, contando con un sistema de drenaje que le permitiera evacuar las aguas y un circuito cerrado de agua para las fuentes, albercas y acequias.
Desde entonces, las tareas de mantenimiento se han centrado fundamentalmente en las reparaciones de las tuberías de riego, en la impermeabilización periódica de las albercas y canaletas, en el rejuntado de las piedras que conforman los balates para evitar su caída, y en la reposición de plantas en mal estado, según concluye.