La de Bayárcal es, en efecto, una historia absolutamente real, que tuvo lugar hace algo más de un lustro.
Todo empezó en 2014, cuando la localidad pidió ayuda para tratar de revitalizar una zona donde la mayor parte de la población era de edad avanzada. Para ello, ofrecieron alojamiento y terreno de cultivo a tres familias numerosas que pudieran llevar a sus hijos a la escuela, y así, evitar el cierre del colegio. Después de varias entrevistas se escogió a tres familias de Guadalajara, Granada y Almería, para trasladarse al municipio.
Un año más tardes, el Gordo cayó en Bayárcal. De hecho, dos de estas tres familias que se habían mudado resultaron agraciados.