El joven novato se ha convertido en el primer tenista amateur de la historia en colarse en el cuadro final de Wimbledon. Su experiencia en las pistas se limitaba únicamente a las del circuito ITF, correspondiente a la "tercera"división del tenis mundial. Contra todo pronóstico avanzó hasta la fase final tras superar las tres primeras rondas de "qualys" desatando la euforia entre los amantes que siguen el futuro del tenis británico. "Hay muchas emociones, pero la principal es la felicidad. Desde que era pequeño, ha sido mi sueño jugar este torneo". Comentó tras clasificarse.
En 2022, a diferencia de otros tenistas que prefieren hacerse un hueco en el circuito europeo, Oliver prefirió matricularse en la universidad de San Diego (California) y comenzó a competir en el National Collegiate Athletic Association (NCAA). Demostró un gran nivel en el circuito americano, lo que despertó la atención de la federación británica de tenis, los cuales le invitaron a participar en Wimbledon y ha respondido muy bien a la confianza que la federación ha puesto en él.
La encrucijada económica
Aparte del gran éxito deportivo que está cosechando el joven británico, su puesta en escena en el panorama tenístico mundial, supone un aumento de visibilidad acompañada de mayores ingresos. Según las normas del torneo inglés, al pasar de primera a segunda ronda, el ganador se lleva cerca de 99 mil libras esterlinas (115 mil euros). Para un jugador que solo ha conseguido acumular 13.000 euros en toda su trayectoria es un aumento sustancial.
Sin embargo, se presenta un problema, ya que el tenista sigue siendo universitario y afiliado a la NCAA, por lo que solo puede recibir el dinero para sufragar sus gastos deportivos. En este caso, la cuantía máxima que puede recibir el tenista de 21 años, son, 7300 libras, unos 8,500 euros.
A pesar de que la diferencia de dinero que recibirá Tarvet es significativamente inferior a la que debería poder disputar la segunda ronda del torneo ante, el segundo mejor jugador del mundo, ya es todo un sueño para el británico.