Los problemas lumbares aparecieron en Australia donde Rafa Nadal, que tuvo que infiltrarse, vio como el griego Tsitsipas le cortaba el camino en los cuartos de final. Era el 17 de febrero. Desde entonces no se ha vuelto a ver al tenista de Manacor en una pista pese a que en su hoja de ruta figuraban los torneos de Rotterdam y Acapulco.
Otra vez la recuperación de los problemas de espalda ha sido el argumento principal en el comunicado de renuncia a la participación. Ahora llega esta negativa a Miami, un torneo del gusto de Nadal que siempre es bien recibido por la amplia colonia de habla hispana.
Su ausencia en el comienzo de la primera cita estadounidense tiene como objetivo principal superar las molestias pero, sobre todo, garantizar la temporada de arcilla europea que conoce de memoria: Barcelona, Madrid y Roland Garros.
Solo la arcilla en Europa
El primer paso sería Montecarlo el 11 de abril. En París, Nadal celebrará su trigésimo quinto cumpleaños. Nadal, actual número tres del mundo, dosifica sus apariciones. Los problemas físicos no son ajenos a otro de los componentes del “Big Three”.
Federer estuvo 400 días fuera de las pistas y lleva tiempo seleccionando los torneos en los que participa. Djokovic, número uno del mundo, no está de momento en esa situación aunque esté a dos meses de cumplir los 34.