Paul, que venció en la segunda ronda al malagueño Alejandro Davidovich, se confirma como la bestia negra para los españoles, después de superar sus once últimos encuentros frente a tenistas de esta nacionalidad.
Bautista fue el último superviviente de una representación española que sufrió un duro revés antes de que el torneo diera el pistoletazo de salida con las bajas por lesión de Carlos Alcaraz y Paula Badosa. Luego llegó la prematura e inesperada caída del vigente campeón, Rafael Nadal, lesionado.
Bautista se descentró en los primeros compases del partido después de recibir una advertencia de la jueza de silla por agotar el tiempo entre puntos, con un servicio que acabaría perdiendo. Su enfado le costó un primer parcial, que se lo quedó el estadounidense por un claro 6-2.
El español reaccionó en el momento más oportuno, cuando el americano lideraba la segunda manga con rotura de ventaja, con un ‘break’ que le hizo olvidar aquella advertencia que le sacó de quicio. Repitió rotura cuando el marcador lucía un favorable 5-4 y estableció una momentánea igualada a un set que haría cambiar de estrategia a Tommy Paul.
En el tercer set, el estadounidense, más fresco, optó por largos intercambios y se encontró con un Bautista que sufrió con el revés paralelo. El resultado fue de 6-2 para el de Nueva Jersey y resultó demoledor para un Bautista que no se recompuso.
En el cuarto set, que acabó siendo el definitivo, el físico de Paul prevaleció sobre el de Bautista. El estadounidense se apuntó una rotura ‘in extremis’ y finiquitó el choque con un servicio que funcionó a la perfección tras conceder dos ‘breaks’ en cuatro sets.