Este miércoles 28 de mayo de 2025 es el gran día en el que 110 de los 112 cardenales que forman el cónclave asambleario del Comité Olímpico Español (COE) reeligen a sus 74 años a Alejandro Blanco, el superministro del Gobierno de Pedro Sánchez, que pasará la mítica barrera de los 20 al frente del COE, rumbo a los 24 cuando concluya su sexto ciclo olímpico. Si, tal y como presume, siguiera de forma escrupulosa la Carta Olímpica, Alejandro Blanco ya no podría ser presidente ni por edad, ni por legislaturas al frente del COE.
El texto que marca el Derecho Canónico del movimiento olímpico reduce a 12 los años de presidencia en dos mandatos, uno de ocho y otro de 4, y limita a 70 la edad para optar a sentarse en el trono del Vaticano del deporte mundial ubicado en el Château de Vidy de Lausanne, a orillas del esplendoroso lago Leman y a las faldas de los Alpes suizos.
Así lo establece la Constitución Olímpica en una Carta Magna que ha facilitado el gran logro de Kirsty Coventry de convertirse en la primera mujer que presida el Comité Olímpico internacional (COI), tras haber cumplido su tope de mandatos Thomas Bach, marcando una línea que ya siguen grandes países como Alemania, Francia o Italia.
La singular reelección y los cardenales del deporte español
En un ‘ejemplo’ de proceso democrático, Alejandro Blanco no ha tenido ni que dimitir de su cargo, o así se desprende de las noticias publicadas en la web oficial del COE donde ayer martes se recogía una reunión de su ejecutivo presidida por el candidato único, el propio Blanco, a 24 horas de ser reelegido por sus leales cardenales, salvo cuando forman corrillos en los que entre otras cosas manifiestan su impotencia para presentar una candidatura opositora ante unos estatutos que Blanco ha ido modelando especial maestría.
El Colegio Cardenalicio del COE está compuesto por 112 cardenales divididos en un Comité de Honor, donde sobresalen los nombres de Juan Antonio Samaranch y Pau Gasol, 36 presidentes de federaciones olímpicas y 23 de no olímpicas, 10 miembros de federaciones internacionales, 28 electos, 2 de representación institucional y 9 de mérito. Que sepamos en Onda Cero habrá dos bajas que han elegido viajar a Polonia y ser fieles a la religión del Betis.
Los cardenales por excelencia son los presidentes de las federaciones olímpicas, cuyo voto vale por cuatro, siguiendo, aquí sí, la Carta Olímpica.
Hay que recordar que el Papa y los cardenales pusieron el grito en el cielo cuando supieron que el anteproyecto de Ley del Deporte de 2022 recogía una limitación de tres mandatos, que ya existió y quitó en 1996 el ex amigo del superministro, Rafael Cortés Elvira.
La presión papal en Moncloa hizo que el entonces leal presidente del CSD, José Manuel Franco, hincara la rodilla como buen fontanero y quitara la maldita norma restrictiva de su derecho a seguir en lo que algunos han convertido en auténticos cortijos, manchando a los que trabajan por y para el deporte, que cada vez empiezan a ser más.
Fuentes directas han confirmado a Onda Cero, que la intención de algunos presidentes federativos de limitar mandatos en sus federaciones, se ha encontrado con la sugerencia de cumplir un pacto no escrito que solo han osado romper algunas federaciones, a las que otras miran con recelo, como baloncesto, atletismo, bádminton, tenis o ciclismo.
De hecho, José Hidalgo, quien siguiendo el símil de los cargos episcopales podría ser el Camarlengo, por haber congregado a muchos de los cardenales en la Asociación del Deporte Español (ADESP), mantiene en este asunto la misma posición que su enemigo político en otros momentos, no obstante, preside ADESP desde su creación y la Federación de Triatlón desde finales de los 90, siendo seguramente el decano de los presidentes federativos.
La mayoría de los cardenales saben que la condición de vitalicio del Papa les otorga a ellos un lugar envidiado hasta por unos héroes olímpicos, que con sus éxitos les engordan las endebles arcas federativas. “¿Cómo puede cobrar un presidente más que un medallista olímpico?”, me preguntaba hace unos días uno de nuestros campeones que lucha como máximo por un oro que vale 60.000 euros, mientras un porcentaje importante de presidentes ya supera la tarifa plana de los 80.000 euros entre salario, seguridad social, gastos de representación, dietas y demás.
Con esta enésima reelección, el deporte español mantiene colgada la medalla de oro mundial del presidente actual más longevo del olimpismo internacional, o eso me apunta la Inteligencia Artificial, la cual por cierto nos anticipa Blanco en entrevistas en los diarios deportivos AS y Marca que nos dará muchas sorpresas en el futuro próximo.
Quizá es el preaviso de que, emulando su gran éxito con la sostenibilidad, el COE se convertirá en el Silicon Valley de la IA del deporte español, así que preparen señores ministros sus carteras de dinero público, a ver a cuál de ustedes le toca aprobar la siguiente subvención millonaria, como ya han hecho la ministra Alegría o el ministro Escrivá, o incluso alguna federación, como cuando su ‘hermano’ Rubiales le regó con 2 millones de euros, parte pública y parte del fútbol, porque, sonrían, no hay empresa que se aproxime en méritos y competencia en sostenibilidad al Comité más sostenible del planeta olímpico.
Ya en serio, la triste realidad es que el resultado de los Juegos de París fue el peor en porcentaje de medallas desde Sydney 2000, que el Plan ADO ha tocado fondo pasando de tener en 2005, cuando llegó Blanco al COE, más de 20 patrocinadores privados a CERO en 2022 y 2023, mientras el Plan Paralímpico consigue sufragar más del 90% de su presupuesto sin ayuda pública durante todo el ciclo.
Lo que nadie puede negar es que Alejandro Blanco es un motivado. Solo ha tardado 20 años de mandato para darse cuenta de que hay que cambiar el modelo del deporte porque el actual es “el de la dictadura” y, por supuesto, él es la persona idónea para hacer el cambio.
También insiste en que el COI nos debe unos juegos en Madrid, pero todavía no hemos visto una denuncia internacional por la corrupción que seguramente nos privó de haberlos tenido. Y también reclama unos de invierno, donde la culpa del fracaso/ridículo internacional que hicimos con la delirante candidatura de Pirineos fue de cualquiera menos suya, que todo lo hizo bien.
El deporte, casi en bancarrota
Por si le queda algo de tiempo a Don Alejandro, a ver si con su fuerza en Moncloa consigue desatascar el futuro nada halagüeño para los Acontecimientos deportivos de Especial Interés Público paralizados ante la falta de Presupuestos Generales del Estado y que sitúan en grave riesgo programas como Universo Mujer, la viabilidad de algunas federaciones e incluso las becas de nuestros deportistas.
Aunque seguro que es más importante que llegue a buen puerto la nueva subvención que les adelantamos en exclusiva que el CSD tiene en consulta hasta este viernes. Acuérdese que a su “hermano” Rubiales le iban a otorgar 15 millones en su día, que no se queden cortos.
Y por cierto, que malpensados son algunos que creen que el superministro tiene un trato de favor porque su hijo formó parte del Tribunal que calificó con Cum Laude la tesis del actual presidente Pedro Sánchez.
Hay algo que nadie le puede negar, 110 de 112 fieles cardenales apuestan porque todo siga igual.
Les pido un humilde favor, no se olviden de esos 5.000 deportistas de Alto Nivel, porque a lo tonto ya ha pasado un año del nuevo ciclo olímpico de verano y en nada llegan los juegos de invierno. Aquí no apuesten por número de medallas, por favor.