El Sevilla salió presionando muy arriba la salida de balón del Valencia buscando entorpecer la gestión de sus jugadas, pero los locales salieron con mucha intensidad y en pocos minutos se hicieron con el mando del partido, apoyados por una grada entregada. El técnico valencianista, Juan Antonio Pizzi, había pedido en la previa del partido intensidad, paciencia e inteligencia a sus jugadores y éstos cumplieron a la perfección las órdenes del hispano-argentino.
Todos los balones divididos eran para el Valencia y el Sevilla era incapaz de meter el ritmo que le convenía al partido. A los veinte minutos, Feghouli encontró un corredor en el área sevillista y, tras un recorte, mandó el balón a gol por la escuadra del palo corto. Mestalla enloquecía al grito de "sí se puede". Pese al gol, el Valencia no enloqueció y siguió jugando con mucha cabeza, sin descomponerse en defensa y madurando con mucho sentido sus jugadas. El Sevilla comenzó a dudar y lo hizo más aún cuando minutos después, Jonas cabeceaba un gran centro de Bernat desde la izquierda, y pese a que Beto tocó el balón, este entró en la portería tras dar en el larguero. Tan sólo habían transcurrido 25 minutos y el Valencia ya había empatado una eliminatoria que tenía muy cuesta arriba. La primera parte del milagro se había obrado.
El Sevilla no se fue del partido y comenzó a acercarse con más peligro al área de Alves, que se mostró muy seguro, y a ocho minutos del descanso tuvo una actuación prodigiosa impidiendo un gol cantado de Reyes que dejó la eliminatoria en tablas a falta de la disputa del segundo tiempo. En la reanudación, el Valencia siguió fiel a su guión. El Sevilla niveló el juego pero Rakitic no aparecía y su equipo lo acusaba y de qué manera.
Los valencianos siguieron a lo suyo, intenso en los duelos pero pausados en su juego, esperando su oportunidad y ésta llegó en el ecuador del segundo tiempo. Tras un saque de esquina, un balón rechazado llegó al área pequeña donde Mathieu fusiló a Beto y llevó a Mestalla a la locura. Con 25 minutos por delante, el Valencia había consumado la remontada, pero un gol del Sevilla le daba la final a los de Unai Emery
Los locales dieron un paso atrás y cedieron el dominio al Sevilla, que buscó con más corazón que cabeza el área de Alves. Pese a que el partido, la eliminatoria y la final estaban en un filo, los 'ché', supieron llevar el partido a su terreno, con una defensa hasta la extenuación, buscando las interrupciones. Pero un saque de banda lateral, cuando ya se llevaban cuatro minutos de la prolongación, fue aprovechado por Mbia para cabecear y clasificar a su equipo cuando ya se veía fuera de la final.