JUEGOS PARALÍMPICOS

Miguel Luque da a España la primera medalla en los Juegos Paralímpicos

Ha logrado la plata en los 50 metros braza. El nadador sufre una enfermedad congénita que le produce múltiples contracturas.

Javier Matiacci

enviado especial a Tokio | 25.08.2021 11:57

Miguel Luque da a España la primera medalla en los Juegos Paralímpicos
Miguel Luque da a España la primera medalla en los Juegos Paralímpicos | CPE

Miguel Luque ha dado la primera medalla a España en los Juegos Paralímpicos de Tokio al obtener la segunda plaza en la final de los 50 metros braza.

El nadador español ha competido en la número cinco y tras una salida en la que ha quedado algo rezagado ha ido remontando en una disputa muy apretada por el segundo puesto. La primera plaza se la ha llevado el nadador del comité Paralímpico Ruso, Roman Zhadanov que además ha establecido un nuevo récord del mundo con un tiempo de 46.49. Luque ha obtenido la plata con 49.08 y el bronce ha sido para el japonés Suzuki.

"Nunca hay nada seguro, es la mejor medalla de mi carrera. Después de 21 años he conseguido el mejor tiempo en una paralimpiada y eso significa que estoy en mi mejor momento deportivo", ha asegurado tras su plata que tiene una dedicatoria especial para sus amigos y su hijo y que supone "un chute de alegría para el resto de la competición".

Su séptima medalla paralímpica

Es su séptima medalla en Juegos Paralímpicos, 21 años después de la primera en Sidney 2000. A sus 44 años Luque ha participado en su sextos Juegos en el que ha vuelto a demostrar su dominio en los 50 metros braza prueba en la que ha logrado seis de sus siete preseas.

El nadador nació con artogriposis, una enfermedad congénita que provoca múltiples contracturas en el cuerpo y que no tiene cura. Para mejorar su calidad de vida empezó a nadar desde pequeño en el CEM San Rafael en Barcelona. La inspiración para hacerlo la encontró al ver a los deportistas en los Juegos Paralímpicos de Barcelona que supusieron un antes y un después en el movimiento paralímpico español.

Gracias a la natación encontró efectos terapeúticos en su enfermedad. Entrena más de cuatro horas al día tanto en natación como en bicicleta adaptada.