Cinco partidos. Eso es lo que le queda al Atlético para ser campeón de Liga. Cuatro victorias. Eso es lo que necesitan para volver a levantar el título 18 años después de su última conquista. El cuadro de Simeone se ha impuesto por 0-2 al Getafe en el Coliseum en un encuentro duro que ha dejado alegría en los rojiblancos con susto incluido por el tremendo golpe de Costa contra el palo tras marcar el segundo gol.
El duelo comenzó de forma cien por cien Atlético. Intensidad, brega y lucha por cada centímetro del campo. Ambos equipos salieron a eso, a batallar, a pelear por todo balón dividido que hubiera en juego. Faltaba más, había muchas cosas que dirimir sobre el césped. El Getafe buscaba ganar pues la permanencia dependía de ello; mientras que los rojiblancos podían ser aún más líderes.
Y como el inicio fue ADN Atlético, el cuadro del Cholo fue imponiendo poco a poco su ritmo en un encuentro en el que no hubo demasiado juego y sí mucha pelea. No pudieron ni los nervios ni el mal de altura de dejar al Barça a dos partidos y sí pudo la ilusión de seguir mandando, y de hacerlo con más autoridad, en la Liga española.
Godín aprovecha el regalo de Codina
Primero avisó Diego Costa, con un jugadón que a punto estuvo de ser gol. Luego fue Villa el que casi cabecea una buena jugada por la derecha de Juanfran. Y a la cuarta llegó el gol. De Diego Godín. No perdonó el uruguayo el error de un Codina que ya le había lastrado su primer testarazo pero que salió a no se sabe bien dónde dejando así el arco vacío para que el 0-1 mandara en el luminoso.
Los nervios llegaron al Getafe. El partido se puso bronco y dejó antes del descanso una fea acción entre Villa y Alexis que terminó con el Guaje dando un 'pechazo' al central y con el azulón en el suelo quejándose de un inexistente golpe en la cara para forzar la roja de David. Menos mal que el paso por vestuarios calmó un poco a ambos conjuntos.
Tanta calma trajo que el Getafe no tuvo casi ninguna opción tras la reanudación para hacer el empate. Sólo un cabezazo de Juan Rodríguez, ante el que reaccionó de forma maravillosa Courtois, inquietó el arco rojiblanco. Tampoco es que el Atlético buscase con ahínco el 0-2. Sabían que algo llegaría, que algo pasaría. Que había que estar unidos y esperar el momento oportuno.
Diego Costa puso la calma y la preocupación
Y el momento llegó en forma de penalti cometido por Lafita sobre Miranda y por el que el mediocentro vio la cartulina roja. Diego Costa falló la pena máxima, pero no sería lo peor que le pasaría al hispano-brasileñó en la tarde sobre el Coliseum. Sí, marcó el segundo para llevar la relajación a la hinchada rojiblanca, pero al mismo tiempo en que la pelota entró la preocupación llegó a la parroquia atlética.
Porque al marcar impactó de lleno con su pierna contra el poste del arco de Codina y tuvo que abandonar el campo en camilla con evidentes gestos de dolor. Todos se dieron cuenta de la posible gravedad del asunto, incluso un Simeone que pasó del júbilo a la inquietud viendo que su jugador más determinante se retiraba sin ni siquiera poder andar. Con suerte, parece que sólo tiene un corte.
Así que alegría, contenida mientras se espera cómo evoluciona Diego de semejante golpe, en el seno del Atlético. Partido a partido, los de Simeone están a cinco encuentros y a cuatro victorias de proclamarse campeones tras 18 años sin saber qué es levantar una Liga.