El Sevilla, campeón de la pasada edición de la Liga Europa, sufrió para alcanzar las semifinales de la competición tras empatar 2-2 ante el Zenit de San Petersburgo en un mal partido del portero Beto, que pudo provocar una eliminación que no sufrieron Fiorentina y Nápoles,que marcan el dominio italiano, y el Dnipro de Ucrania. El técnico Unai Emery ya avisó antes del inicio del choque que su equipo estaba preparado para llegar a la prórroga o a los penaltis. Sus declaraciones casi fueron un premonitorias y el entrenador del conjunto hispalense no imaginó que una aparición fugaz de Kevin Gameiro iba a evitar que el destino se aliara contra él.
El guardameta portugués Antonio Alberto 'Beto', clave la temporada pasada para que el Sevilla lograra el título, también fue clave para que casi se despidiera de él. Emery dudó mucho en colocar bajo los palos a Sergio Rico o al luso, pero al final se decantó por el héroe que detuvo dos penaltis al Benfica en la final del año anterior. La jugada casi le salió mal a Emery. Es la suerte, que a veces se decanta hacia un lado y a veces hacia el otro.
El Sevilla rozó la cruz de la moneda cuando todo pintaba excelente para un grupo que se adelantó en el marcador con un tanto del colombianoCarlos Bacca. Lo marcó de penalti, al principio del choque, y con el 2-1 de la ida, ese 0-1 abría muchas puertas hacia las semifinales. Sin embargo, poco después, la lesión de Nico Pareja, que no pinta nada bien tras caerse con todo el peso de su cuerpo sobre su rodilla derecha, fue el punto de inflexión hacia el cambio de tendencia en el encuentro.
El Zénit, con el brasileño Hulk en sus filas tras cumplir un partido de sanción, comenzó a carburar y Beto no respondió. Justo después del descanso, en el minuto 48, un centro sin peligro de Shátov no fue agarrado de forma inexplicable por el portero del Sevilla y el rechace lo recogióSalomón Rondón para empatar el duelo. Después, en el 72, Hulk intentó una vaselina imposible que se tragó el portero del cuadro andaluz.
Entonces, el Sevilla, acostumbrado a goles heroicos como aquel de Andrés Palop, consiguió otro por medio del francés Kevin Gameiro, que puso el 2-2 en el marcador y acabó con el suplicio del Zenit. El campeón sigue vivo.
Uno de sus principales rivales por el título, el Nápoles, no fallo e hizo bueno el resultado de la ida frente al Wolfsburgo alemán. El 1-4 era una renta demasiado buena como para desaprovecharla. El milagro germano no apareció y los hombres de Rafael Benítez siguen dentro de la única competición que pueden ganar. Sin opciones en la Liga y fuera de la Copa de Italia, la Liga Europa es un buen premio para el conjunto italiano, que culminó el tramite de cuartos con un 2-2 en el que José Callejón y el belga Dries Mertens llegaron a adelantar al Nápoles. Los goles postreros de Klose y Perisic apenas sirvieron para adornar el marcador.
En Florencia, no muy lejos de Nápoles, el Fiorentina sufrió algo más para deshacerse del correoso Dinamo de Kiev. El 1-1 de la ida creó mucha incertidumbre en los italianos, que resolvieron con un tanto de Mario Gómez a pase de Joaquín Sánchez en la primera parte y con otro en el descuento de Juan Vargas. Justo tres minutos antes del primer gol, Jeremain Lens, del Dinamo, fue expulsado por doble amonestación. La jugada le salió perfecta al Fiorentina. Marcó justo después, lo hizo al borde del descanso en un momento psicológico y solo tuvo que aguantar el resultado en la segunda parte. Lo consiguió y estará en el bombo del viernes.
Y en Ucrania, el Dnipro pudo acabar con el Club Brujas belga. En el choque más igualado de todos por el resultado del primer encuentro (0-0), solo un tanto de Yevhen Shakhov a ocho minutos del final tras perforar la escuadra rival, pudo acabar con las ilusiones de un equipo que soñaba con hacer algo grande en la competición. El Dnipro, a priori, será el rival más débil y el más deseado en el último cruce antes de la final.