Las jugadoras dirigidas por Bernat Canut pelearon desde el comienzo para apoderarse de las primeras rentas a través de una sólida defensa (4-12). No tardó el seleccionador francés en recurrir a su primer tiempo muerto para tratar de reordenar ideas con el 23-16 que reflejaba el marcador.
España fue creciendo con el paso de los minutos y eso se notó al inicio de un segundo periodo. El combinado español fue capaz de dar un nuevo paso al frente en defensa para incrementar su ventaja. Todo ello tras exhibir una más que notable circulación de balón en la que destacó la generosidad de las diferentes jugadoras a la hora de encontrar el aro (42-24).
La selección española maniató al equipo galo y anímicamente trastocó sus planes. Pese a ello, el plantel francés logró rearmar su juego reduciendo ligeramente las rentas ante una España que comenzaba a notar en las piernas el cansancio tras el notable esfuerzo previo (54-43).
El metal estaba en juego y, ante un reto tan ambicioso, la selección española Sub-16 ya no falló poniendo todas sus ilusiones sobre el parqué macedonio para cerrar el choque y, con él, una valiosa medalla de bronce (72-57).