RFEF

Rubiales pide la declaración de sus hijas en el juicio por su beso a Jenni Hermoso

Insiste en que el hecho fue "una manifestación de euforia" y niego el "ánimo sexual y las coacciones.

ondacero.es

Madrid |

Luis Rubiales en una foto de archivo
Luis Rubiales en una foto de archivo | Europa Press

La defensa de Luis Rubiales ha pedido este martes la declaración como testigos de las hijas del ex presidente de la RFEF, así como de varios ex directivos, futbolistas como Alexia Putellas o Irene Paredes, o la seleccionadora Montse Tomé, en el marco de la investigación por su beso no consentido a Jenni Hermoso tras la final del Mundial de Sidney.

Lo hace alegando que todas estas personas estuvieron en "la final del Mundial Femenino de Fútbol en Sidney y viajaron de vuelta en el avión a España junto a las jugadoras, sus familiares y amigos y los miembros de la RFEF, pudiendo aportar elementos valorativos al Juzgado de lo Penal sobre lo que ocurrió en el vuelo de vuelta a España".

La Fiscalía de la Audiencia Nacional pide dos años y medio de cárcel para Rubiales por los hechos: uno por un delito de agresión sexual y uno y medio por un delito de coacciones. La abogada de Rubiales ha pedido su absolución asegurando que el beso fue "una manifestación de euforia" y niega que existiese "ánimo sexual" en su conducta, así como las coacciones posteriores a la futbolista.

"En el momento en el que Hermoso llega a la altura de Rubiales, ambos abrieron los brazos, abrazándose afectuosamente, diciéndole Hermoso a Rubiales: 'La que hemos liado'" a lo que él contestó: "Este Mundial lo hemos ganado gracias a ti", dice el escrito presentado por la defensa del ex presidente de la RFEF.

"Este momento tenía un especial significado para Hermoso al haber sufrido durante el partido de la final un profundo disgusto al fallar un penalti, deseando Rubiales manifestarle con esas palabras que era una jugadora de gran valía (...) En el momento de ese abrazo, Hermoso llegó a alzar del suelo a Rubiales, y cuando este volvió a tener los pies sobre la tarima, mientras seguían abrazados, se dieron mutuamente un beso en las mejillas, y cuando separaron sus cabezas, Rubiales puso sus manos sobre las mejillas de Hermoso", añade el escrito.

Según la defensa, Rubiales preguntó a la futbolista: "¿te puedo dar un besito?", a lo que ella contestó "vale" y "lejos de realizar algún gesto que revelara rechazo, incomodidad o contrariedad, cuando empezó a separarse de Rubiales, le dio dos palmadas en los costados izquierdo y derecho, alejándose de él sonriendo".

Niega las coacciones

El escrito de la defensa también niega las coacciones posteriores de las que se acusa a Luis Rubiales y a varios ex directivos de la RFEF y detalla que el entonces presidente se acercó a hablar con la futbolista tras ver el revuelo que se había armado en redes sociales para pedirle "que salieran juntos ante los medios de comunicación" para que ella "reiterase" que fue consentido.

La jugadora le comunicó "que no deseaba hacerlo, respetando Rubiales esa decisión", asegura la defensa.

Insiste, además, en que el ex presidente de la RFEF "no pidió ni ordenó en ningún momento" a Jorge Vilda, Rubén Rivera o Albert Luque "que hablaran o mediaran con Hermoso o con las personas de su entorno familiar y personal con el fin de que hiciera unas manifestaciones públicas junto a Rubiales manifestando que el beso había sido consentido".