Los resultados de las dos jornadas previas abocaban el partido a un monólogo donostiarra y a un conjunto de los Países Bajos defendiendo el empate a la espera de sorprender, estrategia que le salió bien porque se alió con la fortuna de la que los locales carecieron en las múltiples ocasiones generadas en el primer tiempo para haber cambiado el signo.
Monreal la tuvo en la primera jugada, Portu en un mano a mano desbaratado por Bizot y Silva en un cabezazo que rozó el poste de un AZ a merced total de los guipuzcoanos.
Increíble fue también que la Real no se adelantara antes del descanso en la enésima llegada blanquiazul que dejó a Portu e Isak solos en el área pequeña, eludido el portero, pero el balón se paseó sin que se pusieran de acuerdo para empujarla a la red.
Los saques de esquina y las ocasiones siguieron sucediéndose en la segunda mitad, la Real llegaba y llegaba pero se estrellaba una y otra vez con Marco Bizot, el héroe de su equipo en este encuentro.
La portería holandesa se le hizo pequeña a una Real hasta que después de una docena de oportunidades Portu logró el gol en una combinación Monreal- Oyarzabal que el murciano convirtió.
Pudo rematar la Real pero no lo hizo, el AZ se estiró en busca de un empate que no merecía y que estuvo cerca de lograr en su acercamiento más peligrosos en el segundo tiempo por medio de Druiff, lo que habría sido una recompensa mayúscula a un rácano trabajo.