"Es difícil jugar al fútbol cuando estás tan mal de la cabeza y me preocupa mucho esta situación", dijo Míchel. El técnico madrileño habló de una situación "incomodísima" y "grave", "muy difícil", pero reivindicó que el Girona continúa "vivo" y se mostró convencido de poder "sobrevivir en Primera División".
También reconoció que daría "un paso al lado" si sintiera que su plantilla no cree en él y ha afirmado que nota la "confianza" del club y que se siente "con una energía de la leche y con fortaleza. Soy muy humilde, pero tengo mucho orgullo y talento para superar esta situación", admitió en este sentido.
Los jugadores están "sufriendo" y lo están dando "todo" porque son "gente que quiere que esto salga bien", pero deben dar "un paso adelante" en "alma" para superar tanta "desconfianza". El Girona, según el técnico madrileño, tiene "tres puntos de ventaja" sobre el descenso y tiene "tiempo", seis jornadas, y sobre todo "capacidad" para "levantarse" y "superar" esta situación.