El Extremadura UD ha viajado en la mañana de este viernes rumbo a Irún para disputar el primer partido de liga de este año con nueve jugadores del filial a los que se ha hecho ficha profesional y así ha despejado las dudas sobre la celebración de este encuentro ante la marcha de futbolistas que ha producido la última semana.
De esta forma, el club de Almendralejo esquivaría la descalificación de la competición por no disputar un segundo partido oficial, tras la incomparecencia protagonizada por la plantilla en noviembre en un encuentro frente al Deportivo de La Coruña, cuando anunciaron la huelga por el impago de las nóminas.
El club ha encontrado un nuevo inversor
El técnico azulgrana, Manuel Mosquera, que ha comparecido hoy ante la prensa antes de iniciar el viaje a Irún, ha señalado que está "seguro de que va a salir bien", en referencia a la llegada de un grupo inversor, como se ha comentado las últimas horas. A pesar de ello, el técnico ha confesado que la situación "sigue siendo crítica". La plantilla viaja en cuadro para afrontar este partido y lo hace con 13 jugadores en el convocatoria, ya que "no hay más para completar".
El técnico ha explicado que Musa y Vargas han decidido a última hora no jugar, mientras que Sebas Coris ha pedido la baja y Sandaza está lesionado. También hay otras ausencias por sanción, como la de Villacañas. De esta forma, los únicos jugadores de la primera plantilla que se mantienen en el club son Casto y Morcillo.
La convocatoria se ha completado con nueve jugadores del equipo filial a los que el club ha cambiado la ficha por profesional. El técnico ha agradecido a estos jugadores su actitud, ya que consideran que ha sido la única solución "para salvar el club".
Del mismo modo, el club se encuentra en una situación muy delicada y los trámites para liquidarlo han comenzado, aunque un nuevo inversor que han encontrado es posible que lo salve. El martes el presidente del Extremadura saldrá a hacer público este nuevo acuerdo, posiblemente.
