Nadie sabe si Juande Ramos y su equipo técnico fue consciente de que estuvieron a punto de incurrir en una alineación indebida en la recta final del duelo del Camp Nou ante el Barcelona.
Y es que el Málaga estuvo a dos minutos de quedarse con tan sólo seis jugadores de la primera plantilla sobre el césped, algo que, a tenor del artículo 223 del Reglamento General de la RFEF, hubiera implicado una alineación indebida y la consiguiente derrota.
Según ha publicado Diario Sur, el Málaga rozó saltarse el reglamento, que dicta que los equipos deben tener al menos siete fichas profesionales en su equipo.
Juande Ramos alineó de inicio a dos jugadores del filial, Ontiveros y Fornals, en el Camp Nou. Nada para preocuparse excepto por la expulsión de Diego Llorente en la segunda parte que dejaba al equipo malagueño con un balance de 8-2 en jugadores del primer equipo y del filia.
Pero en el minuto 81, Juande Ramos decidió sustituir a Sandro, jugador del primer equipo, por En-Nesyri, del filia. En ese momento el balance pasó a ser de 7-3, por lo que el Málaga estaba en el límite que permite el reglamento respecto al número de jugadores del primer equipo que deben estar sobre el césped.
Si en ese momento se hubiera producido la expulsión de algún jugador del primer equipo, como ocurrió con Juankar en el descuento, el Málaga habría incurrido en alineación indebida. Por suerte para el equipo andaluz, dos minutos antes de esa expulsión Juande Ramos sustituyo a Fornals, jugador del filial, por Duda, del primer equipo. El balance entonces pasó a ser de 8-2 y, en consecuencia, la expulsión de Juankar no supuso una alineación indebida al acabar el partido con siete profesionales y dos del filial.