Leo Messi fue el gran protagonista del Sevilla-Barcelona. El argentino firmó un partidazo en el Pizjuán y tuvo la culpa de que su equipo logrará remontar el tanto incial de Vitolo. Firmó un gol y dio una asistencia magistral a Luis Suárez en el 1-2.
Pero al margen de su actuación puramente deportiva, Messi también protagonizó la anéctoda de la noche. Y es que el argentino acabó perdiendo una de sus botas en una acción con N'Zonzi. El argentino se mostró meloesto con la acción y acabó viendo la tarjeta amarilla por, a juicio del colegiado Jaime Latre, tardar en volver a ponerse la bota.
Al ver la cartulina, Messi no se reprimió y lanzó su calzado contra el terreno de juego.