Recuperaba Ancelotti a Nacho y Tchouaméni para la vuelta de la Champions, pero perdía a Jude Bellingham. El italiano pudo así recomponer una defensa en horas bajas por la falta de centrales, volvió a apostar por Lunin en portería y eligió a Brahim a sustituir al astro inglés.
La vuelta del Real Madrid a la Champions llegó con polémica. Solo habían transcurrido dos minutos de partido cuando el colegiado anuló un gol al Leipzig por un fuera de juego tras un rechace a la salida de un córner. Sesko había adelantado al equipo alemán, pero el árbitro no concedió el tanto.
Lejos de arrugarse, el Leipzig siguió poniendo en apuros al Madrid, que no llegó al partido hasta aproximadamente el minuto 20 de juego. Durante ese primer tramo, Sesko tuvo otras dos claras ocasiones para abrir el marcador. En la primera lo evitó Lunin y la segunda se marchó al lateral de la red.
Empezó a asomarse el equipo blanco al área del conjunto alemán por medio de Vinicius, pero ninguna de sus acciones individuales lograba encontrar a Rodrygo.
El Madrid abrió el partido al inicio de la segunda parte con un golazo de Brahim. El malagueño se asomó al pico del área, se deshizo de dos defensas con un regate y sacó un disparo al palo largo imposible para Gulacsi.
El gol permitió al Madrid subirle una marcha más al juego, aunque siguió costándole llegar con peligro al área local. Las dos ocasiones más claras llegaron cuando el partido casi entraba en su recta final. Primero Dani Olmo probó suerte con un disparo lejano que detuvo bien Lunin y en la siguiente acción Vinicius estrelló la pelota en el poste tras una gran jugada individual.
Sesko volvió a tener una clara ocasión con un disparo desde el interior del área que detuvo Lunin con un paradón abajo. Hubo un rifirrafe entre futbolistas de ambos equipos pues la jugada venía precedida de una pérdida de Brahim que se paró porque estaba lesionado.
La última del partido la tuvo Joselu con un remate desde el corazón del área que se marchó fuera tras un buen centro de Camavinga.