En un curso, el segundo consecutivo en la categoría de plata, donde el club pepinero ha tenido que vivir varios cambios. De entrenador y de objetivos. “Este año se configuró una plantilla para estar arriba pero empezamos de tal manera que nos costó arrancar, el objetivo ahora es evitar el descenso.”
De un comienzo con Asier Garitano con quien Javi asegura que “la relación era buena” a la actualidad con Nafti. “En la despedida de Asier estuvimos todos en el vestuario dándole las gracias, nos despedimos cordialmente y le deseamos lo mejor. Hemos aprendido con él y creo que es muy buen entrenador.”
El técnico franco tunecino ha conseguido traer “hambre y ambición” y contagiar al vestuario de esa energía. “Vive los partidos a fuego pero es más pesado con los árbitros o el rival que con nosotros.”
La derrota abultada frente al Burgos en El Plantío fue un golpe a la moral pepinera que prácticamente hizo tambalear la temporada. Supuso un punto de inflexión en el vestuario. “Fue pegarnos una hostia de realidad y decirnos o espabilamos o nos metemos en problemas serios.”
Javi es un chico que aprende rápido y se prepara rápido para lo que viene. Consume mucho fútbol y si es de su categoría, la segunda división, mejor. “Me gusta ver y estudiar a rivales contra los que me voy a enfrentar.” Aunque sin dejar de mirar de reojo un sueño que tarde o temprano llegará. Jugar en primera división.