Inglaterra ha logrado este sábado, tras vencer a España en la final por 1-0, su tercer título en un Europeo sub-21, que vuelve a conquistar 39 años después.
Inglaterra suma así un trofeo a su palmarés, tras los conquistados en 1982 y 1984 y después de volver a una final que no pisaba desde 2009, cuando perdió por 4-0 contra Alemania.
Así, Inglaterra empata con Alemania (2009, 2017, 2021) en el podio de selecciones con más títulos en el Europeo sub-21 que siguen coliderando España (1986, 1998, 2011, 2013 y 2019) e Italia (1992, 1994, 1996, 2000, 2004).
La selección española sub-21 de fútbol ha perdido este sábado por 1-0 ante Inglaterra en la final del Campeonato de Europa de la categoría, disputada en Batumi (Georgia), merced a un polémico gol de rebote del centrocampista Curtis Jones, encajado a balón parado justo antes del descanso.
Inglaterra evita la triple corona continental de España
Los pupilos de Santi Denia vieron truncado su reto de conquistar una triple corona continental, pues ya lucían en su palmarés sendos títulos en los Europeos sub-17 y sub-19. Así, la generación de los nacidos en el 2000 se ha quedado con la sensación de trabajo incompleto, tras sí haber logrado el billete a los Juegos Olímpicos de París 2024.
El encuentro empezó con una dinámica que no favorecía a España. Más faltas y parones que fútbol sobre el césped del Batumi Stadium, con Inglaterra avisando pronto de su poderío ofensivo, sin necesidad de hilvanar jugadas pero con la calidad individual de Anthony Gordon.
Un disparo suyo en el minuto 5 lo despejó bien Arnau Tenas y en la siguiente jugada Morgan Gibbs-White no llegó por pocos centímetros a rematar un pase de Gordon que le dejó a portería vacía.
España lo intentó ante la rocosa e imbatida defensa de Inglaterra en este torneo con disparos desde fuera del área, pero los tiros de Álex Baena y Rodri Sánchez no lograron encontrar portería.
Una final que se fue calentando por momentos y en la que el colegiado noruego Espen Eskas perdonó dos expulsiones, una por cada equipo.
La primera a Ángel Gomes, quien, ya con amarilla por un pisotón a Baena, entró alto con los tacos sobre Abel Ruiz cinco minutos después. La acción provocó una herida en la pierna del ‘9’ de España que, incrédulo al ver que Angel Gomes quedaba impune, tuvo que dejar el terreno de juego unos minutos.
Baena se tomó la justicia por su cuenta y le propinó una dura entrada, sin balón, al futbolista inglés en el centro del campo que le costó la cartulina en el minuto 34. Ocho más tarde, un agarrón sobre Smith Rowe lo vio el colegiado, pero solo le advirtió y le pidió calma recordándole que ya tenía una cartulina.
El gol de Inglaterra llegó en el tiempo añadido de la primera parte
Subía la tensión del encuentro, que alcanzó su pico tras el gol de Inglaterra en el tercer minuto, de cinco, del tiempo añadido de la primera mitad. Una falta en la frontal que disparó Cole Palmer rozó en Curtis Jones y despistó a Arnau Tenas.
En la celebración inglesa, ambos equipos, incluidos los integrantes de los banquillos, se enzarzaron en una tangana que acabó con dos tarjetas rojas a miembros de cada uno de los cuerpos técnicos.
El descanso le sentó bien a España para bajar revoluciones, menos un Alex Baena que siguió jugando como si no estuviera ya advertido, y poner en liza su juego. No tardó en demostrar esta mejoría y rozar el empate en un remate de cabeza de Abel Ruiz, pero su tanto en el minuto 51 fue anulado por fuera de juego.
Sin embargo, tuvo que arriesgar y dejar más espacios, lo que hizo que Inglaterra entrase en un devenir de partido perfecto para sus características. Espacios para correr, conducciones… así llegó su gran oportunidad, en el minuto 65, para poner el 2-0, pero Arnau Tenas privó a Curtis Jones de un doblete con una gran parada abajo.
Resistió España las acometidas inglesas y solo le faltó el acierto de Abel Ruiz para firmar un empate que se escapó en las oportunidades del capitán. Tuvo tres en cinco minutos, especialmente un cabezazo en el segundo palo en el minuto 68, pero sobre todo en un penalti en el 99 que no pudo convertir.
James Trafford le dio el primer título sub-21 a Inglaterra en 39 años y se fue sin recibir un gol en 540 minutos del torneo, poniendo el broche a una actuación histórica deteniendo el penalti de Abel Ruiz, el capitán de España, que acabó desconsolado sobre el terreno de juego.