La Real Sociedad volvió a la senda de la victoria y confirmó su candidatura a las plazas de Liga de Campeones al vencer por 2-0 al colista Elche, con goles de Take Kubo y Ander Barrenetxea y el excelente nivel mostrado por un David Silva que parece eterno.
Los donostiarras juegan con ventaja con respecto a la mayor parte de equipos porque cuentan con el genial centrocampista de Arguinegín, que sigue impartiendo en sus últimos años en activo clases magistrales por partido. Contra los ilicitanos enseguida tomó el timón y se dedicó a asistir a sus compañeros y a generar casi todo el peligro del conjunto 'txuri urdin'.
El primer beneficiado fue Kubo, cuando Silva le dejó un balón para rematar solo ante Badía, pero el japonés quiso resolver por la vía rápida y su disparo, que parecía abocado al gol, salió por encima del larguero del Elche.
Volvió Silva a asombrar al Reale Arena en otra combinación con el delantero nipón, al que volvió a dejar en inmejorable posición de remate, pero otra vez el esférico buscó la grada en lugar de la red ilicitana y luego fue Sorloth quien erró la ocasión más clara del encuentro con Badía superado y la meta vacía.
El equipo de Pablo Machín ya estaba avisado, o cortaba las conexiones del exjugador del City o le iba a tocar sufrir mucho y a ello se afanó, además de a estirar sus líneas y provocar dos sustos serios a la hinchada local en sendos disparos de Gumbau desde fuera del área que iban a gol si no llega a intervenir Remiro para desviarlos.
El Elche dejó de hacer sus deberes en el inicio del segundo tiempo y lo pagó caro, ya que el primer balón que volvió a tocar Silva se convirtió en una impecable asistencia a Kubo. El japonés no la desperdició y batió por bajo a Badía.
El camino ya estaba allanado para los donostiarras y tocaba esperar una reacción de los ilicitanos que no llegó porque la posesión era total para los locales, que pudieron marcar el segundo en un tiro al poste de Silva y nuevamente en otra acción de un Sorloth reñido con el gol.
El suspense por un marcador no definitivo se despejó a un minuto para el final cuando el joven Barrenetxea, recién entrado en el campo, culminó una acción particular con un buen remate que alegró el final del encuentro a los cerca de 30.000 seguidores que acudieron al Reale Arena.