El Borussia Dortmund dominó claramente el inicio del choque. El empuje del bloque alemán forzó al Espanyol a centrarse en proteger a Pau López y olvidarse, prácticamente, de las facetas defensivas. Aubameyang, Castro y Götze obligaron a la defensa blanquiazul a mostrar su mejor cara.
Los de Quique Sánchez Flores aguantaron. Sin duda, fue su test más complejo del verano, pero la idea era mantener la portería a cero y lo lograron. Salir a la contra era la otra parte del trabajo, aunque el equipo catalán sólo dispuso de dos ocasiones claras, de Baptistao, por velocidad, y Jurado, con un centro.
En la reanudación, el partido se tranquilizó. El Espanyol ya no sufrió tanto en defensa y sacó el balón con más confianza y peligro. De todos modos, más allá de un recorte de calidad de Sergio García en los primeros instantes de la segunda mitad, apenas había ocasiones de gol por parte de ambos equipos.
A medida que el reloj avanzaba, el cero a cero parecía más claro. La defensa blanquiazul era inexpugnable para un equipo más rodado que los pupilos de Quique. El técnico español mantenía su receta: seguridad atrás y transiciones rápidas. Y su plan funcionó a la perfección gracias a Piatti, en el minuto 80.
El extremo argentino, en el primer balón que tocó y, precisamente, en su debut esta pretemporada, se armó de inspiración, velocidad y puntería y firmó el 0-1 con una vaselina medida. Ya no hubo tiempo para más, pese a los intentos del cuadro germano de dar la vuelta al marcador.