El Deportivo rompió ante el Levante (2-0) su serie de catorce encuentros seguidos sin ganar, pero la victoria, que lo aleja de la zona de descenso, no lo acerca todo lo que quisiera a la permanencia, objetivo que el equipo valenciano ya se ha asegurado a pesar de su derrota en el césped de Riazor. El conjunto coruñés, que logró la primera victoria con Víctor Sánchez del Amo como entrenador, dependerá de lo que suceda en la última jornada, en la que visitará a un Barcelona ya campeón.
Por el cierre de campeonato que le espera en un feudo casi inexpugnable, el Deportivo se tomó el encuentro como una finalísima por la permanencia y en el césped se percibió la tensión y el nerviosismo propias de lo que había en juego frente a la serenidad del Levante en el arranque del choque. A los visitantes, el empate les daba la permanencia en la categoría; a los blanquiazules, en cambio, solo les servía la victoria porque cualquier otro resultado les llevaría a depender de un milagro.
La tarde se complicó pronto para los locales por la lesión de Manuel Pablo, el veterano capitán, cuando aún no se habían cumplido diez minutos. Víctor Sánchez del Amo reaccionó con la entrada de Juan Domínguez como interior izquierdo, retrasó al portugués Luisinho al lateral y el Deportivo mantuvo la compostura y una paciencia relativa, ante el muro que plantó el Levante, que volvió a apostar por la defensa de cinco.
A falta de verticalidad, el equipo local basó sus acercamientos al área rival en las acciones de estrategia: fracasó estrepitosamente en la primera, que ejecutó el costarricense Celso Borges, pero acertó en la segunda, que lanzó Lucas Pérez para que Alberto Lopo se disfrazara otra vez de salvador. El central, que había devuelto a la vida al Deportivo en el descuento del partido ante el Athletic de Bilbao en la anterior jornada, adelantó a su equipo frente al Levante metiendo justo el pie ante Sissoko para que el balón, tímido, se colara a la izquierda de Mariño.
Los coruñeses, que acumulaban mil minutos sin ponerse por delante en el marcador, tenían que administrar la ventaja con cabeza, esa que a Luisinho le pierde a veces por su carácter y que a punto estuvo de dejar al Deportivo en inferioridad antes del descanso. El portugués dio profundidad en el arranque de la segunda mitad al Deportivo, aunque fue el Levante el que más adelantó las líneas después de haberse pasado todo el primer tiempo sin disparar a puerta.
Morales se coló entre Luisinho y Borges pero se encontró con el brasileño Sidnei, un portento físico que se jugó el penalti para frenar al atacante del Levante. El portero del Deportivo, Fabricio, no tuvo trabajo hasta que Víctor Casadesús, a los 63 minutos, le intentó sorprender con un disparo lejano que el canario, cegado por el sol, atajó, no sin problemas, en dos tiempos.
La incertidumbre por el resultado se apagó a falta de diez minutos, cuando Juanfran recogió el balón en el pico del área a pase de Lucas y lo situó en la escuadra con un zurdazo espectacular que mantiene al Deportivo con vida.