La llegada de Luis Súarez al Atlético de Madrid el pasado verano supuso la contratación de un goleador contrastado, un hombre que debía dar un salto de calidad a los de Simeone. Así ha sido en la Liga, donde sus 18 goles mantienen a los rojiblancos líderes y le hacen competir con su amigo Messi por el Pichichi.
Pero la nefasta relación del uruguayo con la Liga de Campeones como visitante no se ha acabado al cambiar Barcelona por Madrid. Y es que Luis Súarez no consigue marcar lejos de su estadio en la máxima competición del fútbol continental desde septiembre de 2015, cuando vestido de blaugrana perforó la portería de la Roma.
Desde entonces y hasta ese partido en campo del Chelsea que ha supuesto la eliminación del Atlético de Madrid, son ya 25 los encuentros que Luis Súarez ha disputado en Champions como visitante sin poder marcar. Una sequía que en la presente edición se ha agudizado aún más: el uruguayo se despide sin hacer ni un solo gol, ni como visitante ni como local.
Un cambio que puede traer cola
El partido ante el Chelsea puede suponer un punto de inflexión en la relación entre Luis Suárez y Simeone. Y es que al técnico argentino no le tembló el pulso cuando en el minuto 59 decidió sacar del campo al charrúa para dar entrada a Correa. El partido marchaba 1-0 y el Atlético de Madrid necesitaba dos goles para remontar.
La cara de Súarez fue todo un poema al ver su dorsal en el cartelón del cuarto árbitro, una mezcla de sorpresa, enfado y decepción que se completaba con una irónica sonrisa ya en la grada. Tras el partido, cuestionado Simeone sobre qué pensaba al hacer este cambio, aseguró que “pensé que teníamos que hacer dos goles”. Una frase que a buen seguro no habrá sentado nada bien a su goleador.