El Granada CF ha sacado un punto en casa del Real Betis (2-2) en la cuarta jornada de LaLiga que deja un sabor agridulce, tras adquirir una renta de dos goles relativamente rápida que no supo defender y que acabó permitiendo una remontada a medias que pudo ser incluso más hiriente después de una segunda parte de locura.
Carcela y Bueno pusieron el choque muy de cara para los suyos en el Benito Villamarín con un 0-2 en poco más de media hora, pero lejos de jugar con los tiempos del partido, el equipo dejó muchos espacios entre líneas que provocaron un ida y vuelta continuo que les perjudicó de forma ostensible y les condenó a un trágico final.
En dicho escenario, el actual 'pichichi' del campeonato, Rubén Castro, encontró demasiadas facilidades para emprender la remontada y puso en bandeja el primer tanto de los suyos en la cabeza de Alex Alegría.
Los verdiblancos enfilaron la portería de Ochoa con asiduidad ante un rival que se fue desinflando y que dejó patente el por qué es el conjunto de Primera División más goleado, eso sí, con un partido más que sus rivales.
Paco Jémez no encontró la manera de frenar la sangría de ocasiones que estaban concediendo los rojiblancos (hoy de negro), mientras vio cómo Alegría hizo el segundo en su cuenta particular para igualar las fuerzas con media hora aún por delante, tras moverse como pez en el agua en el interior del área.
Además, Vezo recibió dos amarillas en un corto periodo de tiempo que pusieron las cosas aún más cuesta arriba.
De la que pudo ser la primera victoria del Granada esta temporada se pasó a un final de infarto cargado de oportunidades que no logró deshacer el entuerto, con una pena máxima errada inclusive que llevó consigo dos rechaces que no entraron de forma incomprensible.
Por tanto, el cuadro nazarí se enquistó en la parte baja de la clasificación mientras el Betis dejó a medias un gran trabajo que le dejó con la miel en los labios.
