Los pupilos de Luis Enrique tuvieron suficiente con un completo primer tiempo para dejar el partido sentenciado con los tantos de Juan Rodríguez, en propia puerta, Munir, Neymar da Silva y Leo Messi, que terminó el encuentro con un recital de asistencias.
Consciente quizá de la superioridad de su equipo, Luis Enrique apostó, de nuevo, por las rotaciones. Esta vez sorprendió dejando a Luis Suárez en el banquillo. En su lugar jugó Munir, que acompañó a las otras dos puntas del tridente: Messi y Neymar da Silva.
El plan le salió bien al asturiano. Ayudó el partido llano de un impersonal Getafe repleto de bajas, cuya resistencia duró lo que tardó el Barcelona, lejos de su versión apisonadora, en anotar el primer tanto (min.9).
Fue en la primera llegada con cara y ojos de los azulgrana. Recibió Messi en la media punta, habilitó a Alba en la izquierda, que filtró un centro que rebotó en el pie de Juan Rodríguez en el interior del área, que superó a un vendido Guaita.
Casi sin quererlo, el Barça se adelantaba en el marcador y encaraba el partido. El segundo pudo llegar justo dos minutos después con un penalti infantil del Getafe sobre Neymar.
Messi fue el encargado de dispararlo, pero lo lanzó mal y Guaita acertó sus intenciones en la octava pena máxima fallada por los azulgrana en lo que va de Liga.
El error, sin embargo, despertó a los locales, que sentenciaron el encuentro en unos 25 minutos restantes en los que no tuvieron piedad de un Getafe sin ambición en ataque -cero disparos en el primer tiempo- y cierta pasividad en defensa.
Munir anotaba el segundo (min.20) tras una combinación mágica entre Iniesta y Messi. El argentino no acertó en el interior del área y lo que parecía un disparo acabó con un tanto de cabeza del delantero madrileño.
A medio gas, la maquina azulgrana anotaría dos goles más antes del descanso que podrían haber sido tres, pero el larguero y Guaita evitaron el tanto de Piqué.
No perdonó, en cambio, Neymar en el minuto 32 que, tras sus días de desconexión en Brasil, transformaba el tercero tras otra asistencia vertiginosa de Messi. El brasileño definió con el interior del pie derecho en un mano a mano con un Guaita desbordado.
No podía acabar el primer tiempo sin el gol de Messi (min.41). El argentino se lució con un recorte estratosférico en la frontal para superar a Juan Rodríguez y con la zurda impactó un disparo seco que el guardameta visitante no pudo desviar.
Se desquitaba el rosarino de su penalti fallado, aunque su festival no cesaría en un segundo tiempo en el que el Getafe no se despertó de su pesadilla.
El 'diez', hoy más mediapunta que nunca, volvió a enfundarse el traje de asistente para que Neymar anotara a placer el quinto tanto (min.53).
Consciente de que su Liga es otra, Escribá dio descanso a Pedro León y a Scepovic. Entraron en su lugar Víctor Ruiz y Moi Gómez, que tampoco pudieron frenar la sangría.
Cierto es que no tuvo suerte el Getafe en el sexto gol azulgrana, obra de Arda Turan. El turco se aprovechó de dos rebotes de Munir y Piqué en la salida de un córner para transformar un tanto acrobático con un remate de espalda a la portería.
Aprovechó el tanto para introducir rotaciones Luis Enrique, pensando en los tres próximos partidos: Arsenal, Villarreal y Real Madrid. Descansaron Iniesta, Mathieu y Piqué. En su lugar entraron dos suplentes -Bartra y Mathieu- y debutó esta temporada en la Liga el canterano Sergi Samper.
Bajó una marcha el Barcelona y el Getafe consiguió, al fin, completar el primer disparo entre los tres palos. Fue Moi Gómez en el minuto 60, que pocos minutos después tuvo el gol del honor con un disparo cruzado que pasó cerca del palo derecho de Bravo.
Ya no se vieron más goles en una tarde plácida en la que el Barça ganó su duodécimo partido consecutivo en la competición doméstica que, a la espera de que sus perseguidores disputen sus respectivos partidos, goza de una ventaja de once puntos sobre el Atlético de Madrid y quince con respecto al Real Madrid, segundo y tercero, respectivamente.
Una situación diametralmente distinta a la del Getafe, que encadena nueve partidos sin conocer la victoria y sigue sin despegarse de la amenaza del descenso.