El Atlético de Madrid ha protagonizado un partido lleno de frustración e impotencia ante un Botafogo que ha resistido con orden pese a la derrota final (1-0) y que ha contado con un arbitraje muy cuestionado por parte del equipo rojiblanco.
Desde el inicio el conjunto brasileño mostró sus intenciones con una presión valiente y vertical que generó peligro inmediato como ese mano a mano de Savarino en el minuto diez que obligó a Jan Oblak a realizar una parada milagrosa, manteniendo vivo al Atlético cuando más lo necesitaba
Poco a poco los de Simeone fueron ganando metros y confianza aunque el dominio territorial no se traducía en peligro real sobre el arco de John las primeras llegadas surgieron de acciones individuales como un disparo alto de Gallagher un intento lejano y sin fuerza de Barrios y una jugada de Julián Álvarez que terminó con una caída en el área y un penalti reclamado que no fue concedido por el colegiado.
La tensión aumentó con cada decisión arbitral que favorecía al Botafogo o penalizaba al Atlético. Primero una entrada sobre Barrios en la frontal del área que no fue sancionada, después una acción sobre Julián que terminó en pisotón claro, pero que tras revisión en el VAR tampoco se sancionó (por falta previa de Sorloth) lo que provocó una reacción encendida de Simeone.
Al descanso el Atlético se iba sin goles y con la sensación de que el partido se le escapaba y con ello la clasificación
La segunda parte comenzó con movimientos en el esquema del Cholo. Griezmann ingresó por Gallagher y se ubicó en el costado derecho, mientras que Giuliano Simeone se colocó en la izquierda y el equipo salió decidido a encerrar a Botafogo en su campo acumulando saques de esquina, centros al área y llegadas por las bandas.
Griezmann estuvo muy cerca del gol tras un disparo cruzado que se fue al lateral de la red y De Paul tuvo en sus pies una buena ocasión que desperdició al buscar un pase en lugar de rematar. Mientras tanto el portero John se multiplicaba para rechazar centros despejar balones aéreos y mantener con vida al conjunto brasileño
A pesar de vivir instalado en campo rival, de multiplicar las llegadas y de acumular ocasiones, el gol sigue sin llegar y el tiempo comenzaba a jugar en contra del Atlético. De hecho, apareció Oblak para evitar el gol de los brasileños con una mano prodigiosa.
En el 86, cuando ya casi estaba todo dicho, un rayo de esperanza. Buena jugada por la banda izquierda de Julián Álvarez que pone un centro al segundo palo y culmina Griezmann con un buen remate de primeras. El gol ha envalentonado al Atlético que ha ido con todo a por el segundo. Han apretado con todo, pero no han podido aumentar la ventaja. Se marchan los rojiblancos con seis puntos de nueve posibles, muy castigados por la severa derrota ante el PSG en el partido inicial.
