El pasado 20 de agosto, la selección española de fútbol femenino se proclamó campeona del mundo en Australia. Un triunfo histórico que se ha visto empañado por el beso no consentido del presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), Luis Rubiales, a la jugadora Jenni Hermoso.
Desde entonces, la polémica no ha cesado. Rubiales se negó a dimitir y aseguró que el beso sí fue consentido, a pesar de que la futbolista lo había negado tajantemente.
El clamor social de protesta contra el comportamiento de Luis Rubiales dio paso a una semana llena de comunicados. La FIFA anunció este fin de semana la suspensión cautelar del dirigente, mientras que la RFEF pidió este lunes su dimisión.
A todo lo anterior, se suma otro hecho esperpéntico: la madre de Rubiales se encierra en la parroquia Divina Pastora y anuncia queestará en huelga de hambre hasta que cese "la cacería" contra su hijo.
Una amiga íntima de Luis Rubiales ha explicado a las puertas de este templo de Motril que lamenta "la injusticia que están haciendo" con el ejecutivo del fútbol español, señalando que cree que la madre está dispuesta a "llegar hasta el final" con su protesta.
Ha mostrado su preocupación por la mujer ya que "está delicada porque la operaron de una pierna" y "lo estará pasando muy mal". Béjar es una mujer "espiritual", que "cree mucho en Dios" por lo que está "rezando", apunta.
"Cualquier madre por un hijo hacemos cualquier cosa", ha indicado esta amiga, que critica que se esté "tergiversando todo" y niega que Rubiales "haya cometido una agresión sexual". "Se le está juzgando como agresor sexual y yo sé lo que es una agresión sexual y no tiene nada del estilo", ha defendido.
Además, la joven ha arremetido contra la ministra de Igualdad en funciones, Irene Montero, y ha criticado que se "pronuncie" sobre el tema, cuando "ha dejado a más de 5000 violadores en la calle".
