La sentencia es inferior a la petición de la fiscalía, que solicitaba cadena perpetua por el ataque, ocurrido en abril de 2017 y en el que resultó herido el jugador español Marc Bartra.
El atentado se produjo cuando el equipo se dirigía en su autobús al estadio donde iba a jugar un partido de cuartos de final de la Liga de Campeones contra el Mónaco.
Sergej W. había puesto un bomba de fabricación casera al comienzo del recorrido del autobús, que hizo detonar desde la distancia, como el mismo confesó durante el proceso.
El objetivo del autor era "causar el mayor daño posible", según las conclusiones de la Fiscalía, y tomó en consideración que podía causar muertos y heridos.
El propósito del autor del atentado aparentemente no tenía ninguna relación con el fútbol, sino que pretendía provocar una baja de las acciones de Borussia Dortmund en bolsa, que pensabaaprovechar para enriquecerse con una especulación bursátil.
El atentado provocó una fuerte conmoción en Alemania, ya que hasta la detención de su responsable, diez días después del ataque, se especuló con todo tipo de trasfondos, incluido el terrorista.
El partido se jugó con un día retraso, lo que posteriormente generó una división entre la directiva del club y el entonces entrenador, Thomas Tuchel, que dejó el Dortmund al terminar la temporada.
Bartra tuvo que ser hospitalizado y luego estuvo un largo periodo de baja, mientras que algunos jugadores tuvieron que recibirasistencia psicológica.
Sergei W., de 28 años, nació en Rusia y llegó con su familia a Alemania en 2003, vivía en el suroeste del país, trabajaba como electricista y, según la fiscalía, ganaba 3.900 euros mensuales.
Había invertido 44.300 euros apostando a una bajada en la cotización de las acciones del club, el único de la Bundesliga que cotiza en bolsa.