Los dos jugadores, que son de etnia albanesa y de ascendencia kosovar, celebraron con un gesto que pareció imitar al águila bicéfala que se exhibe en la bandera de Albania y como 'mensaje' para una Serbia que se niega a reconocer la independencia de su exprovincia Kosovo, cuyos 1,8 millones de personas son, en su mayoría, de etnia albanesa y que se separó hace 10 años.
A ambos jugadores se les impuso, en un principio, una multa de 8.600 euros por "conducta antideportiva contraria a los principios del juego limpio" y además, Stephan Lichtsteiner, capitán suizo y que se unió a las celebraciones, recibió una multa de 4.300 euros.
De esta forma, los tres jugadores ya tienen el permiso para jugar el último encuentro de la fase de grupos que les enfrentará a Costa Rica, fundamental para estar en octavos de final.
Además, la federación serbia fue multada en ese choque con 46.000 euros por una "exhibición de pancartas y mensajes discriminatorios" por parte de los aficionados, mientras que su presidente Slavisa Kokeza y el entrenador de la selección nacional Mladen Krstajic fueron multados con 4.300 cada uno y advertidos por comentarios que hicieron después del partido.