Liga de Campeones I Bayern Munich 0 - 4 Real Madrid

Bayern Munich 0 - 4 Real Madrid

El Real Madrid se mete en la final de la Liga de Campeones doce años después. Ancelotti supo leer el partido y destrozo tácticamente a Guardiola, que no encontró la manera de meter mano al conjunto blanco. Los árboles no ardieron, Sergio ‘Tarzán’ Ramos se encargó de ello y fue la gran estrella al anotar los dos primeros tantos del equipo, además de ser el referente en la zaga madridista. Ronaldo tampoco faltó a su cita con el gol, por partida doble, que sirvieron para apuntillar a un rival que apenas inquietó en toda la eliminatoria la portería de Casillas. La décima se pone a tiro y mañana conoceremos si el Atlético o el Chelsea acompañan a los blancos en la cita de Lisboa.

Javier Espelosín I @javi_ef85

Madrid | 29.04.2014 22:39

El Allianz Arena presentaba un aspecto impresionante minutos antes del partido. El mosaico que teñía las gradas con los colores de los germanos estuvo desplegado durante diez minutos como muestra de apoyo a su equipo. El Real Madrid parecía tranquilo durante la previa del partido, sabiendo que esperaba el choque más importante de la temporada, con la final de Lisboa en el horizonte, una final de la Copa de Europa que el Real Madrid lleva doce años sin disputar. En frente el Bayern de Guardiola, actual campeón de la Liga de Campeones, y bajo un ambiente tremendo, y todo para intentar levantar el resultado de la ida de un gol a cero para los de Ancelotti.

El partido parecía una continuación de la ida, como si se estuviera jugando el tercer tiempo, ya no por tratarse de la vuelta, sino porque el guion era exactamente el mismo. El Bayern de Guardiola se hizo con la pelota y se puso a jugar en campo del Real Madrid, mientras que los blancos salían como balas a la contra en cada robo de pelota. No fue el asedio de los primeros minutos del primer partido  y el Real Madrid parecía seguir encontrándose muy cómodo y la primera gran ocasión fue para Bale: tras un pase largo hacia Benzema, Neuer  dejó la pelota muerta en tres cuartas partes de campo. El galés la enganchó y la pelota se fue por encima de la portería.

"Tarzan" Ramos para apagar los árboles.

Sergio Ramos lleva años siendo uno de los jugadores más importantes del Real Madrid en los últimos años, pero esta temporada ha dado un paso al frente. La suplencia en Liga de Casillas le ha hecho ser el capitán del conjunto blanco en buena parte de los partidos de esta temporada, y ha sabido ejercer como tal, en el vestuario, en el campo y fuera de él, especialmente  ante los medios. Ha manifestado por activa y por pasiva lo contento que es en el conjunto blanco, lo orgullosos que está de los títulos que ha conseguido, pero con la espinita de no haber ganado nunca la Liga de Campeones. En las últimas fechas se le veía muy en forma y quiso tener su noche mágica, una noche que suele estar destinada para las grandes estrellas, los grandes delanteros, pero le tocó al de Camas, y en el mismo estadio donde falló aquel penalti que lanzó a las nubes hace dos temporadas. Se la tenía guardada. Primero Modric en el quince y de córner y luego Di María en el veinticuatro de libre directo, pusieron sendos balones en la cabeza del “Tarzán” de Camas para que fusilara la portería de Neuer y encarrilara la eliminatoria para el Real Madrid. Sergio Ramos quería entrar en la historia del Madrid, y lo quería hacer por la puerta grande.

Los atletas blancos y la contra perfecta.

El Bayern quedó KO, mientras que el Real Madrid ya sabía que sólo una hecatombe podía convertir la fiesta blanca en pesadillas. Modric robó la pelota en la frontal del área del Madrid, jugó para Di María por el centro, de primera abrió a la derecha para Benzema, y de primeras, por el carril del diez dejó a Bale solo ante la portería. En la frontal del área abrió a la izquierda, a la entrada de Ronaldo, para endosar el tercer gol del Real Madrid.

La primera parte fue perfecta, un baño táctico de Ancelotti a Guardiola. Ni en los mejores sueños podía esperar el Madrid irse al descanso con cero a tres. Pero el sueño no podía ser perfecto. Xabi Alonso puso la nota negativa. Salió al cruce en una cabalgada de Schweinsteiger, y cuando fue al suelo, ya se dio cuenta del error que estaba cometiendo, se intentó encoger, pero arroyó al jugador alemán y vio la tarjeta amarilla, una tarjeta que le impide jugar la final de Lisboa.

La segunda mitad fue un trámite para el Madrid. Nunca se puede hablar de tranquilidad en una semifinal de la Liga de Campeones, pero se antojaba muy difícil que el Bayern anotara cinco goles que dieran la vuelta a la eliminatoria. Pese a las dificultades, los de Guardiola tiraron de orgullo y lo pusieron todo para un milagro que nunca lleagría: Alaba pudo recortar en el cincuenta y tres, pero su remate lo desvió Sergio Ramos a córner. Después Robben disparó a la derecha de la portería de Casillas a los cincuenta y siete minutos y dos más tarde, fue Ribery el que disparó a las manos del meta blanco.

En los últimos minutos el Bayern bajó definitivamente los brazos. El Real Madrid rozó el cuarto y finalmente Ronaldo lo logró de libre directo, convirtiéndose en el jugador con más goles en una sóla edición de la Liga de Campeones de la historia.

Como dijo Rummenigge, esto iba de árboles, y entre árboles el que mejor se mueve es “tarzán”. Sergio Ramos fue el gran protagonista con dos goles que dejaban la eliminatoria prácticamente sentenciada, y a la fiesta no podía faltar Ronaldo, que se encargó de apuntillar al actual campeón de Europa. Un año más, el campeón no repetirá título, como ha ocurrido siempre desde que la competición pasó a denominarse Liga de Campeones. El Real Madrid vuelve a una final continental doce años después.