Completaba el conjunto madridista tres encuentro seguidos como local, condición en la que se siente muy cómodo e ideal en este tramo de arranque de la temporada en el que necesita afianzar conceptos y crecer sin dejarse victorias por el camino. Esta vez cumplió con los pronósticos ante uno de los rivales más débiles de la competición y se embolsó otra más pese a las bajas, ya cuatro al unirse en la previa Alberto Abalde a las de Usman Garuba, Theo Maledon y Gabriele Procida. Lo hizo firmando una puesta en escena y un primer cuarto sólidos que le permitieron marcar distancia y no ir por detrás en ningún momento de la noche. De hecho a los diez minutos su renta favorable de ocho puntos parecía escasa teniendo en cuenta su acierto en los tiros de dos (6 de 7) y su superioridad en los rebotes (11 a 5) y en las asistencias (10 a 2). Todo ello además con una buena defensa que le ayudó a no conceder ni un solo tiro libre (27-19, m.10).
Superado por las circunstancias, el ASVEL decidió intentar meterse en el partido dándole velocidad al juego y tirando cada vez que podía. Eso le hizo bajar sus porcentajes, especialmente en el lanzamiento de tres, pero acercarse por momentos, sobre todo en un amanecer del segundo cuarto en el que el Real Madrid solo encontraba los puntos en los tiros libres de Trey Lyles. Sin embargo, a base de triples, uno de Facundo Campazzo y dos de Sergio Llull, el anfitrión recuperó el rumbo y una ventaja que era de once puntos al descanso. En esos márgenes se movió durante la primera mitad de la segunda parte, en la que Okeke siguió sumando méritos hasta acumular a esas alturas 17 puntos y 21 de valoración.
Incluso cuando se sentó en el banquillo ya con los deberes más que hechos, la dinámica siguió inalterable ante un conjunto visitante que no lograba rebajar la distancia en un tramo poco vistoso de cinco minutos hasta la media hora en el que se impuso el ritmo lento y solo fueron capaces de anotar diez puntos entre unos y otros (66-53, m.30). Del letargo despertó Llull a la grada con una jugada de dibujos animados en el cuarto decisivo; con robo, 'caño' entre las piernas de David Lighty y asistencia para Hezonja. Fue además una especie de señal de que llegaba el momento de cerrar el choque. Quien mejor la interpretó fue el alemán David Krämer, que entró en 'modo tirador' y clavó tres triples en poco más de dos minutos para finiquitar la contienda, haciendo prescindibles los últimos cuatro minutos y medio salvo para el alero letón de 17 años Gunars Grinvalds, que pudo disfrutar de sus primeros segundos en la máxima competición europea.
Nunn aborta la remontada de Baskonia
Trent Forrest había igualado el choque con un rebote ofensivo después de un tiro libre propio, pero los de Paolo Galbiati, que jugó mucho tiempo sin pivots, no pudieron poner el broche a su remontada a pesar del buen partido del base, de Tim Luwawu-Cabarrot y de Tadas Sedekerskis, además de los chispazos de Markquis Nowell. Por el lado heleno, Cedi Osman y Juancho Hernangómez fueron muy buenos escuderos de Nunn, que desatascó a su equipo cuando más falta le hacía y le dio el triunfo en Vitoria ocho años después.
El equipo griego entró mejor en el encuentro y sacó las primeras ventajas. Los cambios mejoraron la puesta en escena ofensiva del Baskonia, que sufría en defensa y no podía contener a Kendrick Nunn y a Cedi Osman. Los errores en el lanzamiento exterior le impidió al Baskonia ir de la mano de su rival, que se llevó el primer cuarto 14-20 con excesivas canastas fáciles. Un parcial de 3-12 en el arranque del segundo asalto con dos triples de Osman ampliaron la renta por encima de los diez puntos por primera vez en el partido. Los visitantes jugaron más sueltos y sacaron varios tiros liberados ante los problemas de faltas de los locales.
Paolo Galbiati se vio obligado a jugar con Rodions Kurucs, que debutaba con el Baskonia, y Tadas Sedekerskis como juego interior y el Baskonia consiguió sostener al Panathinaikos, que no lograba despegarse ante los quintetos atípicos planteados por el técnico lombardo. Markquis Nowell enchufó a sus compañeros desde la defensa y los jugadores del equipo vitoriano se mantuvieron en el partido al descanso tras aguantar con un equipo notablemente más pequeño (36-42). Un parcial de 7-0 liderado por Tadas Sedekerskis volteó el marcador en los primeros minutos de la segunda mitad. Kendrick Nunn lo rompió con un triple ante una defensa más ordenada, que se cerraba ante el juego interior heleno.
Cinco puntos de Juancho Hernangómez mantuvieron por delante a un Panathinaikos que le dio el balón a Nunn para sumar en cada ataque y la distancia se volvió a estirar hasta los diez puntos. El duelo entró en un intercambio de canastas que favoreció a los verdes, que tenían mucho más ritmo y en apenas dos minutos dejaron el partido pendiente de un hilo, 56-71. Los de Galbiati tiraron de orgullo en el último cuarto, pero los de Ataman tuvieron la paciencia suficiente para evitar problemas en el electrónico. Pero el trabajo defensivo de los azulgranas les permitió estar en el partido a cuatro minutos del final (71-76), aunque desaprovecharon varias opciones que les concedió su rival para estrechar aún más la diferencia. El pundonor baskonista y un rebote ofensivo de Forrest tras un tiro libre propio igualó el partido a cinco segundos del final, 84-84, pero reapareció Kendrick Nunn para dar la victoria al conjunto griego (84-86).

