Duro y concentrado para doblegar a un rival que supo jugar coral de la mano de Nick Calathes y directo sin él, el conjunto 'taronja' cerró una brillante primera vuelta. Su balance de 13 triunfos en 19 partidos es el mejor de la competición junto con el del Hapoel Tel Aviv, el único que le ha ganado en su casa, y a la espera de ver si se les une este miércoles el Panathiniakos. Pese al lastre de sus tres últimas derrotas, arrancó el Partizan con una pegajosa defensa que hizo dudar al Valencia y decidido a explotar en ataque el buen físico de su quinteto inicial sin recurrir apenas a la circulación. Comandado por el certero Sterling Brown, el equipo serbio acertó en sus primeros siete tiros para firmar un 6-17 de salida en apenas cinco minutos.
La entrada de Omari Moore dio mordiente al Valencia y la de Neal Sako, pese a sus problemas para anotar, aportó energía cerca de ambas canastas. Con esos dos ingredientes, los locales se metieron en el partido y un par de fogonazos de Thompson acabaron de encender su mecha, aunque no le dio a los locales para ponerse por delante. La presencia de Calathes transformó los ataques serbios. El griego hizo correr la pelota de una esquina a otra y la defensa 'taronja' sufrió yendo detrás de ella sin poder interceptarla. Cuando el Valencia se abrió para ocupar más pista, el base abrió otra vía de agua por el centro y los visitantes consiguieron mantenerse arriba (29-35, m.16).
Su regreso al banquillo a coger aire tras siete minutos en la pista dejó huérfano al Partizan y en menos de un minuto, los locales, de la mano de Papi Badio y Matt Costello, empataron con un par de triples. Trató Peñarroya de frenar esa dinámica con un tiempo muerto y un juego mucho más directo que alimentó a Isaac Bonga y lo consiguió. Sorprendido por la reacción de un rival al que veía desbordado, el Valencia se tuvo que contentar con llegar al descanso con el marcador empatado (43-43, m.20).
Tras el descanso, Peñarroya reservó de nuevo a Calathes y Bonga aguantó a los serbios en un intercambio de canastas en el un par de nuevos aciertos desde fuera de Badio y Costello no bastaron al Valencia. Los locales siguieron a lo suyo. Subieron la tensión defensiva y con la mejor versión de la temporada de Sako mantuvieron el control del rebote en su canasta y pelearon por los rechaces en la contraria. Dos triples de Darius Thompson en los últimos compases del tercer cuarto premiaron la tenacidad 'taronja' y giraron el partido (65-63, m.30).
De nuevo pudo caerse el equipo de Belgrado y otra vez aguantó el tipo, para satisfacción de los más de trescientos seguidores que le acompañaron pero ya esta vez a remolque. Aún así la brecha tras la dimisión irrevocable de Zeljko Obradovic parece empezar a cerrarse. Con el choque ajustado, el Partizan encadenó una falta de Jabari Parker con una antideportiva de Cameron Paine, su último fichaje, y se perdió en las protestas (75-68, m.36). El Valencia supo sacar partido a su hambre por el rebote ofensivo y tres triples de Nate Reuvers, Jaime Pradilla y Badio acabaron con la resistencia serbia y firmaron la séptima victoria 'taronja' en sus últimos ocho choques de Euroliga.
El Mónaco desquicia al Barça y le arrebata el top 4
El Barça cerró este este martes el año con una dolorosa derrota en el Palau Blaugrana ante el Mónaco (74-90), que lo desquició desde el primer minuto, incapaz de recuperar la intensidad y la verticalidad que lo habían caracterizado, y le arrebató su plaza entre los cuatro primeros de la Euroliga. A pesar de contar con la segunda mejor entrada de la temporada, con 7.212 espectadores, el conjunto azulgrana no pudo evitar su primera derrota en casa desde el regreso de Xavi Pascual al banquillo, ni la segunda consecutiva en Europa.
El cuadro catalán acusó la sólida defensa sobre Kevin Punter, que se quedó en ocho puntos, y un contundente 30-47 al descanso tras una primera mitad irreconocible. Darío Brizuela, con 25 puntos, encontró en Miles Norris, con 14, a su mejor aliado, insuficiente para contrarrestar el poderío ofensivo de un cuadro monegasco en el que sobresalió Mike James con 19 unidades. El equipo más prolífico de la competición irrumpió en escena con ataques verticales y dinámicos, liderados por James y Okobo, que castigaron sin piedad a un Barça atenazado en el arranque.
Con Punter bien defendido y visiblemente incómodo, el conjunto azulgrana echó en falta la producción de los lesionados Clyburn y Shengelia, sin que nadie fuese capaz de ofrecer respuesta ni de asumir galones en un arranque marcado por las dificultades ofensivas (2-7, min. 4). Un triple de Norris puso fin a casi cuatro minutos de sequía desde el 2-0 inicial, pero no fue más que un espejismo (2/7 en tiros de dos y 2/8 en triples al término del primer cuarto). Tampoco la defensa dio la talla: la envergadura de Hayes hizo estragos en la pintura y en el rebote ofensivo, estirando la brecha al cierre del periodo (13-22).
Mirotic se unió al dominio visitante con seis puntos consecutivos al inicio del segundo cuarto. El Barça se descomponía entre pérdidas en ataque y concesiones en el rebote defensivo, exhibiendo su versión más vulnerable, de la que solo Brizuela, con seis puntos seguidos, logró contener la sangría (19-32, min. 15). Un nuevo triple de Norris levantó al Palau por primera vez, más por impulso emocional que por efecto real. No fue casualidad que Punter inaugurara su cuenta desde la línea de tiros libres. Se buscó ahí un punto de inflexión que nunca llegó. La defensa volvió a hacer aguas y el conjunto monegasco, oliendo la sangre, ensanchó la ventaja. Theis y Hayes castigaron desde la pintura, mientras Blossomgame y James lo hicieron al contraataque para colocar el contundente 30-47 al descanso.
Brizuela lideró el amago de rebelión azulgrana tras el paso por vestuarios, con un parcial de 10-4 que parecía insuflar vida al Barça (40-51, min. 23). Sin embargo, la ilusión duró apenas un suspiro: un triple de Mirotic y un 3+1 muy protestado de James, que acabó con la expulsión de Pascual, apagaron de inmediato cualquier conato de reacción (42-58, min. 24). El Barça se revolvió ante la adversidad y nunca perdió la cara al partido, aunque cada intento de acercarse era respondido con dureza por el Mónaco. Cada parcial de aproximación (53-64, min. 28) encontraba réplica inmediata, hasta que al inicio del último cuarto la remontada se volvió una quimera (56-75, min. 32). Aun así, el equipo azulgrana no dejó de remar a contracorriente. Con un parcial de 10-2, tirando de casta y orgullo, volvió a meterse en el partido (66-77, min. 37). En el momento decisivo, tres rebotes ofensivos consecutivos del Mónaco y una pérdida de Punter sellaron el destino del Barça, que con el definitivo 74-90 cerró el año con su séptima derrota europea.

