El Valencia Basket sufrió su primera derrota en la Eurocopa, y de la temporada, ante un Limoges CSP que llegó a la Fonteta obligado a ganar para mantener sus opciones de clasificarse para octavos de final y que impuso un nivel físico que los locales no lograron igualar, al que añadió la inspiración de Nobel Boungou-Colo y Will Daniels en el tiro exterior.
En el estreno en su banquillo de Dusko Vujosevic, el conjunto francés quiso mandar en el encuentro desde el principio y casi siempre lo logró. La presencia de Bojan Dubljevic permitió al Valencia contenerlo en la primera parte pero cuando el Limoges elevó el listón físico en el tercer cuarto sin bajar sus porcentajes, los locales no pudieron seguir el ritmo y se descolgaron.
El duelo entre Antoine Diot y su compatriota Leo Westermann por dar a sus equipos la iniciativa del choque marcó el arranque. Ambos aceleraron el ritmo pero acabaron por precipitar a sus compañeros y los múltiples errores en el tiro hicieron al marcador le costara moverse. De hecho el Valencia falló ocho de sus primeros diez lanzamientos, tiros libres incluidos. (3-5, m.6).
Sato, la referencia en ataque
Asumido su desacierto, el conjunto valenciano volcó su juego de ataque sobre Romain Sato para aprovechar su ventaja física sobre sus defensores y el centroafricano sumó ocho de sus primeros once puntos. Pero la entrada en la pista Aly Traore dio una referencia clara al Limoges cerca del aro que el conjunto francés supo aprovechar (15-21, m.10).
La presencia de Guillem Vives en la dirección serenó a los locales y la de Dubljevic, intenso y concentrado en los dos lados de la pista, le permitió controlar a Traore, recuperar el mando del juego bajo ambos aros y equilibrar de nuevo el marcador (27-27, m.14).
Además, la entrada del polivalente John Shurna como pareja interior del montenegrino multiplicó los problemas defensivos del conjunto francés y permitió al Valencia empezar a controlar el encuentro y llevar unos minutos a rebufo a su rival.
29 partidos después, llegó la derrota
Pero la marcha al banquillo de Dubljevic y unos minutos de inspiración del aún escurridizo Bo McCalebb y del atrevido Bongou-Colo agitaron al Limoges pero a Justin Hamilton le dio tiempo a sofocar la rebelión antes de llegar al descanso (44-44, m.20). El paso por el vestuario insufló nuevas energías en los visitantes cuya mayor agresividad defensiva puso en problemas la habitualmente fluida circulación de balón del Valencia.
Pero los locales, espoleados por Sikma y Lucic, entendieron que debían igualar ese despliegue para frenar a su rival y en un primero momento lo consiguieron (51-51, m.25). El pulso físico se mantuvo unos minutos igualado y con él el marcador hasta que un tres triples visitantes en el tramo final del tercer cuarto, uno de Boungou-Colo, otro de Gattens y otro de Daniels, noquearon a los locales y dieron un confortable colchón al Limoges para afrontar el último cuarto (58-65, m.30).
El Valencia empezó ese último parcial dispuesto a explotar el 'factor Dubljevic' pero también el Limoges supo aprovechar la versatilidad del inspirado Boungou-Colo y llevó su ventaja hasta más allá de los quince puntos, lo que disparó su confianza y creo dudas en los jugadores de Pedro Martínez, que ya no fue capaz de competir físicamente con su rival. No dejó de intentarlo el equipo valenciano pero sus malos porcentajes impidieron que se acercara en ningún momento en el marcado y además acabó cediendo 20 puntos de 'basket average'.