El contexto del enfrentamiento era el propicio para ver cómo eran capaces de desenvolverse los de Sergio Scariolo en una situación ligeramente adversa, por el precedente cercano que acabó con derrota (77-82) y porque no iban a estar disponibles, por descanso, dos hombres importantes como Willy Hernangómez y Rudy Fernández. Salió el cuadro anfitrión inmisericorde desde el perímetro, castigando a un rival desbordado que encajó hasta cuatro triples consecutivos. De ellos tres fueron de Giedraitis, quien hizo pleno de acierto en sus primeros intentos. Eso, más una canasta de Valenciunas, hizo que el marcador fuese 17-4 cuando ni siquiera se habían disputado cuatro minutos.
Esa notable renta la aguantó Lituania algunos instantes más, en concreto hasta que España enfrió su momento de inspiración con un parcial de 0-6 forjado a base de sumar de dos en dos por medio de Jaime Fernández, Sima y Saiz. Por medio de esa racha, la desventaja al final del primer cuarto se quedó en ocho puntos (25-17). Una canasta en la vuelta al parqué de Jaime Fernández apretó algo más las cosas, pero reaccionaron de nuevo los locales con cuatro puntos de Valanciunas y tres de Masiulis que no tuvieron respuesta en el otro lado.
Entró entonces el choque en un formato acordeón por el cual la diferencia que contrarrestaban unos la volvían a recuperar los otros, sin que nadie pudiera hacerse con el control de la situación para dejar el electrónico al descanso en 39-30. La alternancia tuvo continuidad tras el paso por vestuarios hasta que un triple de Juancho Hernangómez puso a España a cuatro puntos con poco menos de seis minutos por jugar del tercer cuarto.
Pese a que lo más difícil, acercarse a los lituanos, estaba ya hecho; estos volvieron a escaparse siete arriba. Les echó el lazo rápido la escuadra española con tres puntos de Sebas Saiz y dos de Parra que habilitaron que la diferencia entre unos y otros antes de entrar al cuarto decisivo fuese muy corta (56-53). Buscó la igualada Colom con un triple que no entró y la respuesta inmediata fueron cuatro puntos seguidos que estiraron otra vez el chicle. La renta la mantuvieron los lituanos hasta que irrumpió en escena Brizuela como catalizador para ayudar a los suyos a subir un peldaño más.
Sus siete puntos seguidos, tres de ellos desde el perímetro, pusieron al equipo a uno. Pero ese triple fue anulado de forma inmediata por otro de Brazdeikis, que completó una excelente segunda mitad. Sorteadas las adversidades, el conjunto visitante consiguió llegar en una situación propicia para luchar por el triunfo al tramo definitivo, empatado a 76 con treinta segundos por jugar gracias a cinco puntos seguidos de Brown. La posesión posterior la culminó con éxito Lituania por medio de Bradzeikis, lo que dejó a España la decisión de buscar el empate o la victoria. Brown, enchufado, fue el elegido para ejecutar el lanzamiento, pero este se quedó corto para delirio de la grada.