El Atlético de Madrid ha logrado un sufrido pase a cuartos de final de la Liga de Campeones tras un partido que tuvo que decidirse en los penaltis, tanda en la que estuvo por poco más acertado que el Bayer Leverkusen. A pesar de igualar la eliminatoria en el minuto 26, con un tanto de Mario Suárez, el gol escaseó en ambos equipos y todo se decidió en la suerte final.
En un Calderón de gala, con su afición ruidosa desde el momento en el que los jugadores saltaban al terreno de juego, el equipo rojiblanco salió con actitud pero sin correr riesgos, consciente de que un gol propio igualaba la eliminatoria pero uno del rival la complicaba notablemente. Simeone sorprendió en su once incluyendo a Rubén Gracia, 'Cani', y disponiendo en ataque a la dupla Mandzukic-Griezmann. El turco Arda Turan, el uruguayo José María Giménez y Mario Suárez fueron los otros cambios respecto al último choque del Espanyol.
El respeto inicial de los rojiblancos se evidenció en el recurso al balón largo, pelotazos sin peligro y con los que el juego transcurría sin fluidez. Y las escasas ocasiones en las que los locales optaban por jugar el esférico acababan con tres o cuatro jugadores del Bayer rodeando al jugador que intentaba presionar. Dos saques de esquina consecutivos fueron la primera ocasión de peligro de los de Simeone.
Bellarabi protagonizó el primer disparo a puerta en el minuto 10, ligeramente desviado. No obstante, los nervios de tradujeron en precipitación también por parte visitante, que buscaba transiciones rápidas pero imprecisas.
El punto de inflexión llegó en el minuto 20, cuando Heung-Min hizo un mal control del balón en una jugada en la que se iba a quedar en un mano a mano con Moyá. El portero rojiblanco atrapó sin problemas pero se resintió de la acción y tuvo que ser sustituido por Oblak. Esos minutos con el partido parado sentaron bien a los locales, que llevaron el juego definitivamente a su terreno.
En esas llegó el gol de Mario Suárez, fruto de un saque de falta lanzado por Koke y que la defensa alemana no acertó a desviar. En el barullo, Turan consiguió centrar de cabeza para Suárez, que golpeó el balón con la suerte de que éste dio involuntariamente en un defensa del Bayer y se coló en la portería de Leno. Fue un gol de fortuna con el que el Atlético igualaba la eliminatoria. Pero, con todo por decidir, los dos equipos optaron por especular hasta el descanso, con una ocasión de Suárez como única oportunidad de peligro.
Simeone optó por mover el banquillo y, tras el paso por vestuarios, Raúl García entró por Cani. Ganó el Atlético en mordiente y mando, rondando de forma constante la portería de Leno, mientras el técnico rojiblanco espoleaba a las gradas pidiendo intensidad en ese "ruido" por él deseado.
La segunda parte fue de más a menos, con el Bayer más atento en contener que en crear, metiendo en el campo a Simon Rolfes y Stefan Kiessling para ganar terreno y aprovechar balones largos. La mejor ocasión del Atlético se produjo en el minuto 74: Griezmann conduce el balón hasta el fondo, pasa a Turan, que sirve el balón con un gran taconazo... pero sin rematador. También el 80 y con los mismo protagonistas rojiblancos, aunqua ahí fue Leno el que exhibió reflejos. Justo después, Fernando Torres entró al terreno de juego por un Griezmann que jugó con molestias toda la segunda parte. Pero la inercia llevó el partido a la prórroga.
Y a los penaltis, porque los 30 minutos extras tuvieron cómo únicos lances interesantes un disparo de Rolfes desde casi el medio campo que apunto estuvo de convertirse en gol (y asustó al Calderón) y un remate de Torres en plancha pero con el balón directo a las manos de Leno.
La suerte final se inclinó de parte del Atlético de Madrid, a pesar de que la tanda empezó con fallo de Raúl García. Acto seguido también erró Calhanoglu, pero acertaron Griezmann, Rolfes y Mario Suárez. El Calderón veía el pase más cerca cuando a Toprak se le fue por encima del larguero, pero la tensión volvió cuando Leno detuvo el disparo de Koke. Sí marcaron Castro y Torres, por lo que, con 3-2, toda la presión era para Kiessling, al que el balón se le fue desviado.
Con suspense, mucho más de lo que se esperaba cuando surgió este emparejamiento en el sorteo de octavos, el Atlético de Madrid certifica su pase a cuartos de la Champions. Sigue adoleciendo de gol, su problema en los últimos partidos, pero volvió a demostrar capacidad de sufrimiento y de lucha.