La fiesta continúa instalada en el Vicente Calderón. El Atlético sigue de dulce esta temporada y suma su undécima victoria en Liga gracias al 2-0 cosechado en su feudo frente a un pobre Athletic que nunca pareció enterarse sobre qué iba el partido. David Villa y Diego Costa fueron los encargados de hacer que los tres puntos se quedasen en la capital de España.
Un duelo clásico. Un duelo con sabor. Un duelo que estaba encaminado a desempatar en la clasificación histórica a Atlético y Athletic y que los de Simeone se encargaron de encarrilar desde su comienzo. Porque desde el mismo pitido inicial se vio quien no se había dejado influenciar por el hecho de que el partido se jugara a la hora de la siesta y por quien entro dormido al envite.
Cien por cien intenso salieron los locales. Cien por cien a buscar pronto un gol en un choque de raza que ambos jugaron de poder a poder pero en el que el Atlético fue mejor. Y fue mejor porque movió la pelota rápido, con más criterio que su rival y siempre con la portería de Iraizoz en la cabeza. Gorka tuvo que dar lo mejor de sí ante un David Villa que sigue enchufadísimo y que vive su mejor momento de rojiblanco.
Villa y Costa liquidan al Athletic
El Guaje está de dulce. Iraizoz le sacó la primero, pero el 9 no es de los que fallan y tardó media hora en batirle y en sumar su sexta diana de rojiblanco. Aprovechó David un buen centro de Juanfran para conectar una volea con la diestra y colar el balón en las redes con la inestimable colaboración de la zaga vasca y de Gurpegi, en quien rebotó el cuero para soprender a Iraizoz. Uno a cero. Justo resultado.
Pero más justo fue el 2-0 de Costa. Después de que el árbitro no pitara un claro penalti por manos de San Jose, Diego volvió a hacer de las suyas y a enviar otro mensaje a Del Bosque para su inclusión en la próxima convocatoria de España. Tras un pase de Koke, realizó un recorte inmenso para finalizar de forma magistral y poner el segundo en el luminoso con el que se llegaría al final de los primeros 45 minutos.
Felicidad en el graderío
No cambio lo más mínimo el panorama tras la reanudación. Porque ni el Athletic buscaba la portería de Courtois ni el Atlético dejó de encontrar la de Iraizoz. De nuevo con las mismas armas usadas. De nuevo con la presión, con la intensidad y con la velocidad por bandera. De nuevo con Costa y con Villa como estiletes y con Filipe y Juanfran siendo auténticos puñales por banda. La grada vibraba. La grada disfrutaba. Todo gracias al juego de los suyos.
Todo gracias a que todo salía como tenía que salir. A que el plan funcionaba como estaba pensado. Incluso mejor de lo pensado. Porque el Athletic ni se arrimó al arco de Thibaut y su juego estaba lejos de ser peligroso. Porque el Athletic cayó una y otra vez en el entramado local y fue en el 80, cuando jugaban con un hombre menos, cuando realizaron su primer disparo del partido obra de Muniain que terminó marchándose fuera.
Insuficiente bagaje ofensivo para batir al Atlético en el Calderón. Para evitar que el segundo de la Liga sume otros tres puntos y otra victoria y continuar así tras la estela del Barcelona en la lucha por el primer puesto del torneo. Todo son sonrisas en la ribera del Manzanares.