El Atlético de Madrid cedió la tercera plaza de la Liga en Cornellá. Después de quince jornadas seguidas a rebufo de Real Madrid y Barcelona, el equipo de Simeone comenzó a despedirse del título de Liga. Hacía tiempo que el equipo rojiblanco despedía señales de cansancio y ante el Espanyol apenas creó peligro y cuando lo hizo se estrelló con un gran Kiko Casilla.
Al Espanyol le bastó con meterle intensidad al encuentro para maniatar al Atlético, al que le espera una final ante el Leverkusen esta semana. El regreso de Griezmann tampoco ayudo al actual campeón de Liga, atascado en los últimos partidos de cara a puerta.
La primera parte fue como una partida de ajedrez en la que apenas hubo un par de ocasiones. La mejor la tuvo Fernando Torres en un remate de cabeza que sacó Kiko Casilla, muy acertado toda la tarde.
Lo más reseñable ocurrió en el descuento de la primera parte. Miranda vio la roja directa por saltar con el codo arriba ante Abraham. La acción, durísima vista desde cualquier prisma, fue saldada por el colegiado con la roja directa. Simeone decidió meter a Giménez y sacrificar a Torres.
Cornellá se las prometía muy felices en la segunda parte pero el Atlético defendió con oficio y dispuso de dos ocasiones de oro para llevarse los tres puntos. La primera un disparo de Raúl García que sacó Casilla en una intervención tremenda.
La segunda fue un remate de Arda, que ganó un balón por pura fe, que también despejó el meta perico. El Espanyol dio por bueno el empate y el Atlético tuvo que conformarse con un punto que de poco le sirve en sus objetivos. Los de Simeone ya no son terceros y un Leverkusen en forma les espera la próxima semana.