La farmacéutica Merck Sharp & Dohme (MSD) ha firmado un acuerdo de licencia libre de regalías con el Banco de Patentes de Medicamentos (MPP) para facilitar que cualquier fabricante pueda producir su antiviral oral contra la covid, el molnupiravir. Así lo han anunciado este miércoles a través de un comunicado, lo que permitirá ampliar el acceso a nivel mundial.
La empresa Merck investiga junto a Ridgeback Biotherapeutics la efectividad de este tratamiento de pastillas contra el coronavirus en numerosos ensayos clínicos. Ahora, gracias a la firma de la MPP, respaldada por la ONU, con la MSD se ha acordado otorgar la licencia voluntaria que facilite el desarrollo de este medicamento en países subdesarrollados. Se trata de la primera licencia para una tecnología médica.
No recibirán beneficios hasta que cese la emergencia sanitaria
El acuerdo está publicado en la web del MPP y, según sus términos, MSD, Ridgeback Biotherapeutics y Emory University no recibirán regalías por las ventas de molnupiravir mientras la COVID-19 permanezca clasificada como un Emergencia sanitaria de interés internacional por la OMS.
"Los resultados provisionales para molnupiravir son convincente y vemos a este candidato a tratamiento oral como una herramienta potencialmente importante para ayudar abordar la actual crisis de salud. Este acuerdo transparente impulsado por la salud pública es la primera licencia voluntaria para una tecnología médica COVID-19, y esperamos que el acuerdo de MSD con MPP será un gran estímulo para los demás", señala Charles Gore, director ejecutivo del MPP.
Un ejemplo de solidaridad ante el resto de compañías
El vicepresidente ejecutivo y presidente de Salud Humana de MSD, Frank Clyburn, ha resaltado que "salvar y mejorar vidas es un compromiso verdaderamente global" por parte de la compañía, y por ese motivo "este acuerdo con MPP es otro elemento importante en su estrategia multifacética para acelerar un acceso amplio y asequible a molnupiravir, si está aprobado o autorizado, para los pacientes, sin importar dónde vivan, incluso, en países donde los gobiernos enfrentan mayores desafíos para financiar la atención médica", apuntaba Clyburn.
Este gesto por parte de Merck contrasta bastante con las reticencias de otras farmacéuticas, como Moderna o Pfizer, a compartir esta tecnología médica de forma global.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) se ha pronunciado en un comunicado señalando que este acuerdo "es un paso positivo para crear un acceso más amplio al tratamiento lo antes posible, al permitir que los licenciatarios genéricos de todo el mundo preparen suministros y creen versiones más asequibles del medicamento, a la espera de las recomendaciones de la OMS y otras autorizaciones reglamentarias". La OMS sigue trabajando con el resto de compañías para facilitar todas las licencias posibles con su Acceso Mancomunado a la Tecnología contra la COVID-19 (C-TAP) que no está teniendo los resultados esperados, sigue en desuso.
Ya se está trabajando en la revisión continua del fármaco para conseguir la autorización de las agencias. La Agencia Europea de Medicamentos (EMA) ya ha iniciado el proceso, mientras que en Estados Unidos, la MSD y Ridgeback Biotheraputics siguen pidiendo su regulación.