Más allá del hecho material, el regalo esconde un intangible que es el que le da un verdadero valor: el tiempo que hemos invertido en escogerlo y, por lo tanto, en pensar en aquella persona. Si damos con la tecla adecuada, el acto de regalar es una de las maneras más sencillas de que te recuerden.
Esta premisa sirve para todas las personas, pero también aplica en el caso de las empresas. Actualmente, muchas formas de publicidad se perciben como molestas e, incluso, intrusivas. Sin embargo, los regalos promocionales cuentan con una mejor reputación: se leen como un gesto de afecto y agradecimiento hacia los clientes y hacia los propios compañeros de trabajo.
El 84% de los clientes están dispuestos a hacer negocios con la empresa que les proporciona regalos
Si bajamos a lo concreto, existen una serie de ventajas que avalan los regalos promocionales. De entrada, permiten aumentar la visibilidad de la marca. El regalo, con el logotipo de la empresa y un mensaje, estará visible permanentemente tanto para el consumidor como para las personas de su entorno. De hecho, el 84% de los clientes están dispuestos a hacer negocios con la empresa que les ha proporcionado algún regalo.
Un cliente satisfecho es la mejor forma para que acabe convirtiéndose en un cliente fiel. Precisamente, los regalos son una buena herramienta para hacer que la relación con el consumidor sea sostenida en el tiempo. En el caso de los compañeros de trabajo, estos regalos son uno de los caminos más rectos para fomentar su sentido de pertenencia y, por ende, su motivación. No hay que olvidar que un trabajador satisfecho hablará bien de la marca a amigos y familiares.
Además, toda marca que se precie sabe que debe cuidar su identidad y tener muy claro qué es aquello que la diferencia del resto de competidores. Si eres una empresa sensible al medio ambiente, tal vez puede ser una buena idea que los regalos estén hechos con material reciclable y lleven grabado un mensaje de concienciación con nuestro entorno.
Lo mejor de todo es que esta iniciativa está al alcance de todas las empresas. También para las más pequeñas. Los regalos son una forma de promoción muy asequible a nivel económico y cabe tener en cuenta que cuentan con un considerable retorno de la inversión.
Además, los regalos promocionales cuentan con un contexto favorable. Es cierto que siempre han existido, pero en los últimos años han crecido gracias a internet. De hecho, hay muchos portales web que permiten crear regalos publicitarios de todo tipo y para todas las ocasiones. Regalos que bien pueden servir para sorprender, fidelizar o generar curiosidad entre el público.
¿Qué tipo de regalo es el más adecuado?
Si has llegado hasta aquí, seguramente te preguntarás: ¿qué tipo de regalo es el más adecuado? Hemos consultado a GiftCampaign, empresa experta en merchandising personalizado, y nos ha comentado que en un contexto de fiestas navideñas, pueden encajar pequeños detalles como los gorros de papá Noel, las bolas para el árbol o las chocolatinas con forma de reno con el objetivo de crear un ambiente de diversión y de buen humor.
Más allá de responder a un contexto específico de fiestas, también es importante señalar que los productos escogidos deben ser de uso cotidiano. El motivo es muy simple: si el receptor está interesado en usarlo constantemente, también constantemente estará promocionando nuestra marca.
Siguiendo esta consigna, es recomendable regalar material de oficina como puede ser una agenda, un bolígrafo o una funda para el portátil. Fuera del lugar de trabajo, también es interesante pensar en objetos del hogar que usemos cada día. Puede ser una taza para desayunar, un delantal para cocinar, cuchillos o abrebotellas. Este último, un objeto que acostumbramos a emplear cuando tenemos visita.
También puede ser una opción pensar en cosas que podamos llevar por la calle. Un ejemplo sería la botella de agua para hidratarnos, los auriculares con los que escuchamos música o la bolsa de tela en la que podemos llevar nuestras cosas.
Lo ideal, por otro lado, sería estudiar bien el perfil de los usuarios y, a partir de ahí, deducir qué podría encajar mejor. Por ejemplo, un público más joven quizás está más inclinado por un gadget tecnológico, como unos auriculares inalámbricos. En cambio, para una audiencia más adulta, probablemente sea más adecuado un calendario para poder organizarse la semana.
Aunque si hay algo que genera consenso en el mundo de los regalos, eso es la comida. Todavía más en Navidad. En este sentido, son muy atractivos los dulces, como las cajas de bombones o los calendarios de adviento. Una debilidad para la mayoría de los paladares.
A propósito de la comida, otra vía original para hacer regalos (en este caso a compañeros de trabajo) es a través de las cenas de empresa. De entrada, puede parecer un dolor de cabeza organizarla, pero si se siguen un conjunto de pautas puede salir a pedir de boca.
El primer paso es marcar una fecha con antelación y, una vez se acerque el día, mandar un recordatorio. Sobre el lugar, no siempre es posible encontrar un restaurante adecuado para la cena. Por eso, cada vez hay más empresas que optan por hacer algo más personalizado y pedir un catering, ya sea en la propia oficina o alquilando un local. Un buen consejo es incluir también algún espectáculo. Todo puede valer: un karaoke, un monólogo, un juego de magia o una gincana.
Hay quien dirá que este tipo de eventos dan más pereza que otra cosa, pero en realidad esconden muchos aspectos positivos. Un buen motivo para asistir es por el mero hecho de socializar. A menudo, la dinámica laboral y la presión impiden conocer mejor al resto de compañeros y una cena puede ser el espacio idóneo para acercarse a los demás. En este contexto, con la Navidad como telón de fondo y unos regalos sorpresa al final de la cena, el éxito está asegurado.
