Temas

Lo que se queda en el tintero

LO QUE SE DEJÓ ALSINA EN EL TINTERO

Tintero: La historia de 11 hermanos que se reencuentran a través del ADN

Jean Woodward, una mujer enferma terminal le confiesa a su hijos Karen y Terry en el hospital que tenían 9 hermanos más que había ido dando en adopción a lo largo de su vida. Es a través de un estudio del ADN como se reencuentran los hermanos distribuidos por Estados Unidos. La familia, de nuevo unida, quedaron todos en Oregón en "la cumbre que da fin a la diáspora familiar".

LO QUE SE DEJÓ ALSINA EN EL TINTERO

El tintero: La rara enfermedad de Evie Prichard que le impide reconocer rostros

Evie Prichard es una joven que sufre prosopagnosia, una enfermedad que le impide identificar las caras de la gente. En una entrevista a la BBC, recuerda que a los 19 años no pudo reconocer la cara de su ex novio, incluso pasó sin percatarse al lado de su propia madre porque se había alisado el pelo. La misma enfermedad la sufría el 'profesor P.' que llegó a confundir a su mujer con un sombrero.

CON CARLOS ALSINA

El tintero: Las 15.000 gotas de sangre de la guerrilla de Colombia

Carlos Alsina nos cuenta la historia de Luz Aída, una niña de 13 años que fue secuestrada por guerrilleros una mañana cuando iba a clase. No era la primera vez que la familia vivía eso, pues una tía de Luz Aída fue secuestrada con la misma edad nueve años antes. Apenas un mes más tarde los padres recibieron una carta que anunciaba que ambas habían fallecido empuñando sus armas. Como Luz Aída, hay 15.000 menos desaparecidos y muertos por Colombia que patólogos y forenses intentan identificar para comparar con el ADN de las familias.

LO QUE ALSINA SE DEJÓ EN EL TINTERO

¿Para qué se alquilan extranjeros en China?

Hoy Alsina nos trae la curiosa historia que hay detrás de la película 'El país de lo sueños'. Su director David Borenstein estaba en Pekín preparando un documental cuando se le acercó una joven para hacerle una curiosa propuesta que terminaría convirtiéndose en la trama de este film. Y es que en China, a los propietarios de los bloques de viviendas les resulta más fácil hacer negocio si cuentan con extranjeros que den caché al barrio con un aire internacional. Lo único que tenía que hacer Borenstein era por tanto, dejarse ver y fingir ser aquello que los compradores deseasen. De esta forma el cineasta terminó interpretando el papel de estrella de un grupo de música para los vecinos de la zona y viviendo en primera persona una historia que lleva ahora a la gran pantalla.